tag:blogger.com,1999:blog-79238746051879018812024-03-20T22:26:36.710+01:00Sueños Rotos...y reconstruidos.Gabrielhttp://www.blogger.com/profile/11284589711016331055noreply@blogger.comBlogger60125tag:blogger.com,1999:blog-7923874605187901881.post-55997102106954106832012-12-23T22:10:00.001+01:002012-12-29T23:55:23.337+01:00Drácula - Bram Stoker<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgi1TbQedkmQFeqgewklV_nJ5krCsbzoycjVxZjKKbPw6lG0HnCLi0f_CBlA1U9jUmiBbPRQEZQEXl9YCB-nb3QeoEd4_9lIHY4a5UTUftVoW8xobb655bysMDoqhVhhhWMPGCaLIFq9Z6I/s1600/Dracula+valdemar.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgi1TbQedkmQFeqgewklV_nJ5krCsbzoycjVxZjKKbPw6lG0HnCLi0f_CBlA1U9jUmiBbPRQEZQEXl9YCB-nb3QeoEd4_9lIHY4a5UTUftVoW8xobb655bysMDoqhVhhhWMPGCaLIFq9Z6I/s1600/Dracula+valdemar.jpg" height="400" width="262" /></a></div>
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Acabo de terminar mi relectura de <i>Drácula</i>. Aunque tenía relativamente reciente mi primera lectura, decidí abordar la segunda para disfrutar de la fantástica edición que realizó hace un par de años la editorial Valdemar, que incluye amplio material documental de la época de <b>Stoker</b>, así como excelentes comentarios a pie de página y material adicional como fotografías, un final alternativo, la acogida crítica del libro en la época e incluso entrevistas con el autor. Y aunque todo esto resultó importante en esta segunda lectura, tengo que decir que lo mejor fue, con creces, volver a disfrutar de una historia que nos mantiene en vilo de principio a fin.<br />
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Mucho se ha escrito del mito del vampiro, y muchas son las versiones con que se nos bombardea puerilmente desde la pantalla, trivializando un mito que, en su día, horrorizó a quienes se acercaron a las páginas de este libro.<br />
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<b>Stoker</b> narra de forma trepidante, usando lo que la crítica de la época denominó "el método <b>Wilkie Collins</b>", consistente en construir una historia a base de retazos: notas, artículos de prensa, diarios... que completarían una versión poliédrica de una historia que iría construyendo el lector pista a pista, completando un puzzle que, a pesar del conocimiento de la historia del lector actual, nos mantiene en vilo hasta las páginas finales del libro.<br />
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Otro de los aciertos de la novela fue la ubicación en Inglaterra de la historia, ambientándola en lugares conocidos por los lectores y muy propios del ambiente gótico. Así, la abadía de Whitby se convierte en un marco gótico de lo más apropiado para las incursiones nocturnas de Lucy, vampirizada por Drácula volando sobre los acantilados, o caminando entre las lápidas iluminadas por la luna llena.<br />
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<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgwriCoolwmdkPnHCRTHLoRqdQHAV3O9NPlGH7j8bYmnnGZBqBYAKoePVHnaxiFur2iEsH0WEonGgnI1qWGnCy3WOq5ADEZ5q7wWBgohBPaB305taPO6Go5wh4Wpx5nHXwNKPJrvEhbKu9W/s1600/whitby-abbey-and-cemetery-whitby.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgwriCoolwmdkPnHCRTHLoRqdQHAV3O9NPlGH7j8bYmnnGZBqBYAKoePVHnaxiFur2iEsH0WEonGgnI1qWGnCy3WOq5ADEZ5q7wWBgohBPaB305taPO6Go5wh4Wpx5nHXwNKPJrvEhbKu9W/s1600/whitby-abbey-and-cemetery-whitby.jpg" height="297" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Imagen del cementerio y la abadía de Whitby</td></tr>
</tbody></table>
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<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhARtzwG-Ld5zZept3wqWpiT0VE8z2iK5dhv4SWk0c9H5zKFaS4GGb23alHaPH-kCrane4zs58Uulqua09aC-_qsWTp6C6TRoQ0j9YllPafS6ISgqpxfqU5QzmTMJvc64b2MxO0VO-jEdyb/s1600/800px-Boat_leaving_Whitby_port.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhARtzwG-Ld5zZept3wqWpiT0VE8z2iK5dhv4SWk0c9H5zKFaS4GGb23alHaPH-kCrane4zs58Uulqua09aC-_qsWTp6C6TRoQ0j9YllPafS6ISgqpxfqU5QzmTMJvc64b2MxO0VO-jEdyb/s1600/800px-Boat_leaving_Whitby_port.jpg" height="265" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Puerto de Whitby, por dónde entraría el barco guiado por un muerto en medio de la tormenta.</td></tr>
</tbody></table>
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Otra de las localizaciones clave de la novela sería la del cementerio de Hampstead, más que conocido por los lectores londinenses, y en el que tendría lugar la macabra liberación de Lucy, tras unas noches de persecución bajo la luna llena, en medio de panteones, lápidas y estatuas fúnebres que completarían un marco excelente para la ambientación sobrenatural de la novela.<br />
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<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgdLuusN0Naw5KprxxI3S8e-wjGOC47BS4S1hJ7EQrG7rLVxBF5wvS3OQSsTUKi0FEYTlyYFlwjSrrkJUxHKWmy7IXqnaRtmBSuSWys-qlC5f2PJE6cHP9l-ujc6m-qoCIKX0ThaZhNI6my/s1600/hampstead06.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgdLuusN0Naw5KprxxI3S8e-wjGOC47BS4S1hJ7EQrG7rLVxBF5wvS3OQSsTUKi0FEYTlyYFlwjSrrkJUxHKWmy7IXqnaRtmBSuSWys-qlC5f2PJE6cHP9l-ujc6m-qoCIKX0ThaZhNI6my/s1600/hampstead06.jpg" height="266" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Hampstead</td></tr>
</tbody></table>
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgFyt692tRD-5bdhV6MxLS70TRZyMR0FiXQMfZl5fdESp2FbZ_E45djGPsRXwDXoYUVQZxdlaeai-llKA6inwln_NApddaQ6NxxEjOj0O14Qbg3ZV-068OA9LgZdoY3nKXl1Py8tfWc8xHq/s1600/Graves_in_Hampstead_Cemetery_-_geograph.org.uk_-_530151.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgFyt692tRD-5bdhV6MxLS70TRZyMR0FiXQMfZl5fdESp2FbZ_E45djGPsRXwDXoYUVQZxdlaeai-llKA6inwln_NApddaQ6NxxEjOj0O14Qbg3ZV-068OA9LgZdoY3nKXl1Py8tfWc8xHq/s1600/Graves_in_Hampstead_Cemetery_-_geograph.org.uk_-_530151.jpg" height="300" width="400" /></a></div>
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Con todo, <b>Stoker</b> emplea con habilidad el contraste entre elementos góticos y los avances tecnológicos y científicos, con los que los enemigos del vampiro intentan someterlo: máquinas de escribir portátiles, fonógrafos, transfusiones de sangre, hipnosis... Todos los adelantos se emplean para dar caza a la alimaña.<br />
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En contra del libro se argumentó en su momento su exceso de situaciones escabrosas (a día de hoy sigue resultando espeluznante la muerte de Lucy), así como la sucesión de momentos intensos, abandonando en parte un mayor trabajo en la construcción de los personajes. Y sin embargo, a pesar de esto, y de algunos errores lógicos en la cronología o la coherencia de una narración fragmentada, el libro no pierde fuerza en ningún momento, manteniéndonos pegados a sus páginas a la espera de un desenlace fatal.<br />
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<b>Stoker</b> supo aunar mitos y leyendas de diversa procedencia con el fin de epatar a sus lectores: además del vampirismo alude a licantropía, los barcos fantasma, el mal de ojo, los enterramientos prematuros, la seducción erótica del mal... y utiliza la religión y sus símbolos como elementos que contrarrestarían el poder del mal.<br />
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<br />Si todavía no habéis leído esta novela, os diría que os liberarais de prejuicios procedentes del uso y abuso del vampirismo en la ficción, así como del conocimiento que podáis tener de la leyenda de Drácula, y os dejéis envolver por una hermosa aventura de amistad y superación, en la que la vida lucha de forma incansable contra la muerte y el horror.<br />
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<br />Gabrielhttp://www.blogger.com/profile/11284589711016331055noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-7923874605187901881.post-12849792480361216172012-11-26T15:05:00.003+01:002012-12-29T23:55:23.313+01:00Si quiero silbar, silbo - Florin Serban<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi-gQay8vSJQm21W40QPkXOFyNIHZOtPnmXm8ZdM-oQYBbZ5C8P-A6j7WYzlkf5AIC-QU6cQFnz4KawXsih_297bm1BX7C3ssLZyYol7FHDDaUfZwDhgH9vSq6lNxMToYaggd2fXlyGYseA/s1600/001-si-quiero-silbar-silbo-espana.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi-gQay8vSJQm21W40QPkXOFyNIHZOtPnmXm8ZdM-oQYBbZ5C8P-A6j7WYzlkf5AIC-QU6cQFnz4KawXsih_297bm1BX7C3ssLZyYol7FHDDaUfZwDhgH9vSq6lNxMToYaggd2fXlyGYseA/s400/001-si-quiero-silbar-silbo-espana.jpg" height="400" width="277" /></a></div>
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Confieso que soy un incondicional de las historias bien contadas. No me importan demasiado los medios ni los alardes tecnológicos. No soy de esas personas que disfrutan en el cine con los grandes efectos especiales y los espectáculos audiovisuales de sonido atronador, trucos digitales y tomas imposibles. Siempre prefiero quedarme con la historia: con ese mensaje íntimo que un ser humano quiere transmitirnos, y por eso me atrapa el cine independiente a pesar de lo que me cuesta acceder a él, porque en mi opinión prioriza el mensaje al medio.</div>
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<i>Si quiero silbar, silbo</i> es la primera película del realizador <b>Florin Serban</b>, y en ella retrata la vida en un reformatorio rumano a través de la historia personal de Silviu, un preso de dieciocho años del que poco sabremos a lo largo de la película: que su infancia fue difícil como consecuencia de su situación familiar y que lleva bastante tiempo recluido en el centro. </div>
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En un principio la película parece que tomará un rumbo social y costumbrista: la vida en prisión, las relaciones entre presos, sus pequeñas rutinas, sus mafias y trapicheos y la complejidad de relaciones entre reclusos y autoridades, y entre Silviu y su familia, reducida a su madre, un hermano menor y su padre, tan sólo mencionado.</div>
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Uno de los aciertos de la película es desde mi punto de vista que <i>Si quiero silbar, silbo</i>, no se queda sólo en eso, sino que en determinado momento da un giro inesperado y se convierte en un thriller, con una acción llena de tensión, que nunca llega a apartarse de su alto contenido social. De esta forma, lo social, se convierte en un marco necesario para el desarrollo de la historia, pero no hay denuncia explícita: el director nos muestra objetivamente una realidad, sin posicionarse, y permite que seamos nosotros quienes lleguemos a nuestras conclusiones. Contribuye al realismo el uso de la cámara al hombro en determinados momentos, y el uso de la música diegética, que inundan de esas rumbas centroeuropeas los espacios comunes de la prisión, contaminando la escena de esos temas que parecen comunes a los de cualquier presidio del mundo.</div>
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En parte por esa razón, la película me trajo al recuerdo el cine quinqui español de los ochenta, en el que se nos contaban las andanzas de aquellos delincuentes juveniles que proliferaban en la sociedad del momento, personas tan reales como las que nos muestra el realizador rumano, aunque sin tanta escabrosidad, ya que <b>Serban</b> elude los asuntos más peliagudos dentro de una prisión como la droga o el sexo y sólo insinúa la violencia entre presos o por parte de funcionarios, los abusos, las mafias, el mercado negro y las relaciones de poder, huyendo de todo carácter morboso que lo alejaría de la esencia de una historia.<br />
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Silviu, el joven protagonista, tan sólo se adapta a las circunstancias lo mejor que puede y sabe, lo que lo dota especialmente para la supervivencia en un medio cruel lleno de normas tácitas, y en el que Silviu también posee las suyas: en el fondo, antes de volver a ese medio al que la vida lo ha condenado, antes de continuar traicionándose a su pesar aceptando un juego que en realidad no es el suyo, desea experimentar el gusto de sus propias reglas, de la libertad, de una compañía no hostil que lo aleje fugazmente del estigma, paladeando con calma el sabor de la plácida rutina de la normalidad.<br />
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Gabrielhttp://www.blogger.com/profile/11284589711016331055noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-7923874605187901881.post-39779314394437651422012-11-22T14:59:00.000+01:002012-12-29T23:55:23.326+01:00El sur / Bene - Adelaida García Morales<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhm4mEESdnk80puQnWC-S05iDJk-RwHQzDaLEYAyU8MLqpUel66T2AKdLl22urKlF7jPOS2HMIs_hg9iPqBn0mhaQKrLpMePcz0hYvtHXKLUChCvLiZg0I_xSHjDBzD6JCAgWKCH17WjPqn/s1600/el-sur-y-bene_559267_776.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhm4mEESdnk80puQnWC-S05iDJk-RwHQzDaLEYAyU8MLqpUel66T2AKdLl22urKlF7jPOS2HMIs_hg9iPqBn0mhaQKrLpMePcz0hYvtHXKLUChCvLiZg0I_xSHjDBzD6JCAgWKCH17WjPqn/s400/el-sur-y-bene_559267_776.jpg" width="312" /></a></div>
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Este volumen, compuesto de dos novelas cortas muy similares en cuanto a tono, situaciones y ambientación han sido todo un descubrimiento para mí, ya que llegué al libro de casualidad, hablando con mi amiga <b>Ángeles</b> de <i>El sol del membrillo</i>, la única película que he visto de <b>Víctor Erice</b> y que acababa de ver unos días antes, me habló de <b>Adelaida García Morales</b> como una de sus autoras de juventud favoritas, y aprovechó para recomendarme que leyera <i>El sur</i>, novela que inspiró la película homónima de <b>Erice</b>.<br />
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<i>El sur</i>, escrita en 1981, me sorprendió por su ambientación opresiva y fantasmagórica, en la que lo irreal es constante en un mundo anodino y pragmático, donde sólo cabe la actitud individual de cada personaje para romper la monotonía y la mediocridad. La historia, contada desde el punto de vista de la protagonista y narrada en segunda persona, describe la dificultosa relación entre una niña que camina hacia la adolescencia y la presencia inquietante de su padre, dueño de misterios terribles que se plasman en sus actos cotidianos y su relación con su mujer y otros miembros femeninos de la familia. La única que no parece totalmente ajena para él es su hija, con la que comparte ciertos vínculos que se revelan cada vez más insuficientes a medida que avanza la novela, y cuyo misterio se va descubriendo poco a poco, nunca en su totalidad, a base de sugerencias, cabos sueltos y alusiones.<br />
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<i>Bene</i>, por su parte, se inició en 1981 y se concluyó en 1984, pero conserva similitud en el tono y en las situaciones: aquí también existe una relación entre una preadolescente y su entorno, compuesto por su hermano, su padre, su tía y la joven criada, Bene, dueña de un misterio angustioso y horrible que se nos irá mostrando con cuentagotas. Aquí, al ambiente opresivo se une lo sobrenatural, las relaciones incestuosas sugeridas, lo religioso y el ambiente nocturno, en una lectura desasosegante.<br />
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Ambas novelas comparten, además, su desarrollo lento, la sensación de claustrofobia, la frustrante imposibilidad de sus protagonistas por comunicarse, por entender su entorno, el aislamiento de otro de los miembros de la unidad familiar, que acaba provocando una ruptura con la sociedad, una soledad absoluta que intenta romper de forma infructuosa, la protagonista de cada historia.<br />
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<b>Adelaida García Morales</b> escribe con tesón y humildad, engarzando con maestría y meticulosidad cada pequeño detalle en ambas historias, usando para ello un lenguaje cuidado en el que cada palabra contribuye a crear un mundo cotidiano pero complejo y asfixiante, mostrándonos que lo extraordinario puede convivir sin problemas con la más vulgar de las rutinas.<br />
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<br />Gabrielhttp://www.blogger.com/profile/11284589711016331055noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-7923874605187901881.post-56786635051974656352012-11-15T12:04:00.001+01:002012-12-29T23:55:23.338+01:00El bosque animado - Wenceslao Fernández Flórez<br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi-M8HocxvmmPqdBnzs-aoxH729dEJexxtaBHy6_o_ar1WDXbbm07kmiT0jYX56KlljZOZPiSnJD-weGBXSbWA7j4MeeJYyiJ1i6yFMmAl_HCSJaPArzXRCsfWcakgDNgzoUddOPe3b4Gki/s1600/Bosqueanimado.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi-M8HocxvmmPqdBnzs-aoxH729dEJexxtaBHy6_o_ar1WDXbbm07kmiT0jYX56KlljZOZPiSnJD-weGBXSbWA7j4MeeJYyiJ1i6yFMmAl_HCSJaPArzXRCsfWcakgDNgzoUddOPe3b4Gki/s1600/Bosqueanimado.jpg" height="320" width="212" /></a></div>
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Hay libros que nos acompañan a lo largo de la vida, a los que regresamos antes o después de una forma u otra: citando alguna de sus frases, recordando situaciones y personajes, releyéndolos... <i>El bosque animado</i> es uno de esos libros presentes en mi vida desde hace mucho tiempo y cuya relectura acabo de concluir. Acercarme a sus páginas es como reencontrarme con un paraíso perdido, con seres y lugares que un buen día entraron en mi vida, para salir después discretamente, dejándome un poso en el recuerdo.<br />
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Resulta imposible olvidar a personajes como Fendetestas, el ladrón capaz de regatear el importe de un robo con sus víctimas, asistir al parto de una vaca o negociar con un alma en pena para que no le deje sin clientela, o la joven criada Pilara, víctima de la miseria, que arrastra sus pesadumbre con resignación, el entrañable mutilado y enamorado Geraldo, o la extrema pobreza de Marica da Fame. Inolvidables son también Abrenoite, el murciélago, la mosca Hu-hu, el topo Furacroios, así como el perro que arrastra su pena y su pobreza por la fraga de Cecebre, la auténtica protagonista de la obra.<br />
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En la fraga, como en un gran organismo rebosante de vida, conviven en perfecta armonía hombres y animales, prestándose comportamientos unos a otros, tanto para una fábula en la que el hombre presta su voz, sus vicios y virtudes a plantas y animales, como en historias humanas en las que el hombre adopta comportamientos puramente animales, totalmente orgánicos, a la manera de los seres más simples que habitan en la fraga.<br />
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La novela, cargada de una prosa poética no exenta de sentido del humor es todo un canto a la naturaleza y al ser humano, unidos en su lucha por la supervivencia, en sus necesidades en su vida efímera, a veces ilusoria, en la que la fantasía, lo sobrenatural, la vida y la muerte, conviven con la realidad más acuciante, en una suerte de realismo mágico todavía ajeno a esa etiqueta.<br />
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<b>Wenceslao Fernández Flórez</b> no puede evitar dejar muestras de su ironía y su sagacidad, de su posicionamiento político y social incluso dentro del lirismo de la obra, pero ni esto basta para empañarlo. Todo el libro se lee con una sonrisa que no consigue empañar la tristeza. Y es que la vida, como la fraga, continúa adelante, ajena a las pequeñas alegrías, los sufrimientos y los sueños de aquellos seres que pasan por ella, renovándose incansablemente. Viviendo.<br />
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<br />Gabrielhttp://www.blogger.com/profile/11284589711016331055noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-7923874605187901881.post-35802484261044152832012-10-30T01:21:00.000+01:002012-12-29T23:55:23.324+01:00Indignación - Philip Roth<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhTrRKAMPHBW0S5V7ZncGmUNzoDQdXWpAe4D9NTYBSJmGoskz0EAn3YBGlOWQ2H80ryo_CcSRYESwVp7qw0In-KJG0A1e24d5M90xyBJSReNlaR4s1ZizeUKToCBxLdSmC2RPXK8n2wL8kW/s1600/Indignaci%C3%B3n.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhTrRKAMPHBW0S5V7ZncGmUNzoDQdXWpAe4D9NTYBSJmGoskz0EAn3YBGlOWQ2H80ryo_CcSRYESwVp7qw0In-KJG0A1e24d5M90xyBJSReNlaR4s1ZizeUKToCBxLdSmC2RPXK8n2wL8kW/s320/Indignaci%C3%B3n.jpg" width="186" /></a></div>
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Quienes me conocen un poco en materia literaria saben que no soy demasiado aficionado a la literatura de autores contemporáneos. No es que sea exclusivamente un lector de autores clásicos, pero no me gusta arriesgar con mis lecturas: leo por puro placer y por ello normalmente no soy demasiado amigo de complicarme la vida.<br />
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Éste es el primer libro que leo del autor, y aunque no sé si a estas alturas podría considerarse a <b>Philip Roth</b> como un autor contemporáneo dada su edad, desde luego, y como si obedecieran fielmente a mis preferencias, se han frustrado con creces las altas expectativas que tenía con respecto a él, gracias a las encarecidas recomendaciones de <a href="http://esqueletosdepapel.blogspot.com.es/" target="_blank"><b>Julia</b></a> y <a href="http://www.letrasentinta.com/" target="_blank"><b>Andromeda</b></a>. Sin embargo, a pesar de mis limitaciones y de lo poco que me caló esta lectura, supe encontrar algún mérito en este libro: el recurso de <b>Roth</b> en cuanto al punto de vista del narrador, que inicialmente chirría un poco, pero que al final del libro consideré el mayor acierto de la novela, por un lado, y por otro las excelentes descripciones del oficio de carnicero <i>kosher</i>, brillantes, sobre todo comparadas con el paralelismo que podría establecerse con la carnicería de las imágenes bélicas que cierran el libro, en mi opinión menos acertadas.<br />
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<i>Indignación</i> lleva al absurdo la capacidad de alienación de la sociedad y sus instituciones: la universidad, la religión, la familia, la pareja, incluso la amistad, situándose en una situación irreal de un joven "perfecto" que no aspira más que a hacer lo que el mundo espera de él, pero que víctima de un <i>fatum</i> cruel, como si de un héroe trágico se tratara, acaba viéndose abocado a la peor de las situaciones, acercándose a sus pesadillas, a las de su padre, en cada intento por alejarse de ellas.<br />
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La novela me resultó ajena. No conseguí sintonizar con el ambiente universitario estadounidense y sus extrañas hermandades y relaciones internas, como tampoco pude conectar con el estilo de <b>Roth</b>, a pesar de la facilidad con que iba avanzando páginas, ni con los conflictos del personaje. Además, el final me pareció un tanto abrupto, por más que, sinceramente, agradeciera la brevedad de la obra.<br />
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No me gustaría ser injusto con un autor tan respetado como el norteamericano, así que imagino que realizaré en algún momento alguna aproximación más a su obra, pero este primer acercamiento, para mi desgracia, no resultó todo lo afortunado que me habría gustado. Otra vez será.<br />
<br />
<br />Gabrielhttp://www.blogger.com/profile/11284589711016331055noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-7923874605187901881.post-49673695903760499962012-09-09T09:54:00.000+02:002012-12-29T23:55:23.329+01:00Acariciando aceras<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhpME-1vBwDgooFoNSkQa915vELOGpT3lfscRNjAWq-006y1Hl2mW1s-j8EaKBHImjujgKpDdD_oCvauF4KINthCcwQ95zFuQJU6AKJTi69tbBCKo7tfYUiSdOAaiL-_7mFyzFSNxPoH4Oj/s1600/s.a.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhpME-1vBwDgooFoNSkQa915vELOGpT3lfscRNjAWq-006y1Hl2mW1s-j8EaKBHImjujgKpDdD_oCvauF4KINthCcwQ95zFuQJU6AKJTi69tbBCKo7tfYUiSdOAaiL-_7mFyzFSNxPoH4Oj/s1600/s.a.jpg" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Foto: November rain - <a href="http://www.flickr.com/people/runestomymemory/" target="_blank">Daniel Aguilar</a></td></tr>
</tbody></table>
<br />
No existía un día tan largo como para no poder llenarlo: caminando como si el reloj se compadeciera de nosotros mientras divagábamos entre estantes llenos de viejos libros, antiguas calles nuevas a nuestros ojos, cafés compartidos en los que olvidábamos que otros, mucho antes, habían dejado allí su recuerdo para que lo recogiéramos.<br />
<br />
La ciudad hervía y nosotros, provincianos, dudábamos en cada encrucijada permitiendo que nuestros pasos de demoraran ajenos a la prisa con la que el mundo vivía. El sol se compadecía de nosotros y nada parecía importarnos, como si aquello pudiera durar siempre y no hubiera nada que pudiera borrarnos la sonrisa: dos viejos amigos que al fin se encontraban, se reconocían, sin notar el tiempo ni la distancia en sus palabras, desgranando cada tema, cada proyecto nuevo y viejo, sorprendiéndonos ante la vida y la muerte encerradas entre las páginas de cualquier libro que invocábamos, imprudentes. Nos burlábamos de la crueldad del tiempo, dejando que nos hurtara los minutos mientras nadábamos en nuestras miradas, saboreando las pequeñas gotas saladas que comenzaban ya a nublar nuestra memoria.<br />
<br />
Parecías perdonarme que yo no sea dado a las grandes felicidades, permitiendo que te lo compensara con mi sereno entusiasmo y los pequeños fragmentos de pasión con que salpico mis palabras; y yo disculpaba esa independencia tuya que suavizabas dejándome paladear la cálida caricia de tu compañía.<br />
<br />
La ciudad siempre fue cruel con la inocencia y así, como la arena deslizándose entre nuestros dedos, llegó la despedida, efímera, muy de tu gusto, mientras en mi recuerdo permanecía a fuego la cicatriz de tu ausencia, la tibieza de tu abrazo diluyéndose en mi piel, anhelando ya nuestro próximo encuentro por calles encantadas, compartiendo noches insomnes, brindis dorados y sueños de locos capaces de reírse de las mentiras de la realidad fabricando las nuestras bajo un molino de viento, gozando de las horas ganadas a la muerte.<br />
<br />
<br />Gabrielhttp://www.blogger.com/profile/11284589711016331055noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-7923874605187901881.post-2446749875739342552012-08-25T09:55:00.001+02:002012-12-29T23:55:23.320+01:00Nieve<style type="text/css">
<!--
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</style>
<br />
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgQo-Tp8M-CNdOHFK6vJHUOWKc78vVN9wIulsGdpO49NLt0fYpz6P_2lUoeOU9zFbadZ2RDGAmi5NTuycaOHy2FynR86_SA-h2ftk0d5CepzjRInEjUkvwOdpFuTBECasGO1m6CeErU8NGD/s1600/xNieve_en_Madrid_Fotografo_Pedro_Pablo_Glez_Rodr%25C3%25ADguez_Armestre_AFP.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgQo-Tp8M-CNdOHFK6vJHUOWKc78vVN9wIulsGdpO49NLt0fYpz6P_2lUoeOU9zFbadZ2RDGAmi5NTuycaOHy2FynR86_SA-h2ftk0d5CepzjRInEjUkvwOdpFuTBECasGO1m6CeErU8NGD/s1600/xNieve_en_Madrid_Fotografo_Pedro_Pablo_Glez_Rodr%25C3%25ADguez_Armestre_AFP.jpg" height="286" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Foto: Pedro Pablo Gonzalez Rodriguez</td></tr>
</tbody></table>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
Caminábamos de vuelta a casa cruzando
las calles ya desiertas en la noche fría de aquel invierno
extrañamente seco. Las luces de las ventanas permanecían aún
iluminadas en esa hora en que la vida se recoge al calor de la
intimidad que unos buscan en su hogar y otros, más insatisfechos <span class="st">—</span>o
menos domesticados<span class="st">—</span> comienzan a rastrear, como perros asilvestrados, en el fondo
de los bares.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
Disfrutábamos de nuestra compañía
sin pensar en el futuro, divagando sobre sueños e ilusiones, miedos
y preocupaciones que, vistos desde hoy podrían parecer absurdos. Tú
ceñías mi cintura con tu brazo mientras yo intentaba inútilmente
protegerte del frío cobijándote en mi pecho. Todavía conservábamos
la capacidad de asombro, por eso nuestros ojos brillaron cuando una
multitud de insólitos trozos de algodón comenzaron a poblar
el cielo, iluminados por la luz anaranjada de las farolas. El suelo
comenzó a teñirse de blanco, y los coches se cubrieron de una capa
blanca cada vez más espesa. Nunca habíamos visto nevar en aquella
ciudad portuaria en la que la nieve era una fantasía imposible de
mundos imaginados.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
No recuerdo quién comenzó el juego
pero fue como si un impulso ancestral nos llevara, entre risas, a
arrojarnos nieve el uno al otro, persiguiéndonos sobre los adoquines
resbaladizos de la calle, escondiéndonos, acechándonos, gritando,
cayendo... Pronto nuestra escandalera provocó la curiosidad de los
vecinos que, asomados a la ventana, sonreían fascinados por aquel
inesperado espectáculo. Al poco, más personas, desconocidas, nos
acompañaban en nuestro juego: niños que, saliendo de los portales,
gozaban como si fueran a prohibir las escuelas y adultos que durante
un tiempo olvidaban la gravedad de sus asuntos, contagiándose de la
mágica despreocupación de nuestra inconsciencia.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
Bajo aquel maná helado, la calidez de
tu boca contrastaba con lo gélido de tus manos, y la alegría de
tu rostro con las lágrimas de tus ojos, como cuando reías,
llamándome tonto, al preguntarte por el que, en mi torpe
desconocimiento de la vida, me parecían insólito en medio de nuestro
deseo. Pero aquella noche era distinta, llena de una felicidad
efímera caída del cielo, y por unos minutos
consiguimos triunfar sobre la muerte, vencer las penurias y
bailar sin pudor sobre la tumba todavía insospechada de nuestros
sueños.</div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><br /></td><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><br /></td><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><br /></td><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><br /></td><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><br /></td><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><br /></td><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><br /></td><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><br /></td><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><br /></td></tr>
</tbody></table>
Gabrielhttp://www.blogger.com/profile/11284589711016331055noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-7923874605187901881.post-9806731964945999562012-08-03T23:11:00.000+02:002012-12-29T23:55:23.360+01:00Desde la otra orilla.<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEit8-gLOam1NpxGwhEKZii6dftxWqY4Wb9z8-lnmi3c9hkrvKjM5-YHBe33_31EPvS8QhlLyuO-Sjqdmulnq_THluhnvXqZYIn8GjE7t-8Kq51uvQ5HKAWNabhRAFodDT01uoe6OtyQ_ez6/s1600/world-in-hands-black-woman.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="280" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEit8-gLOam1NpxGwhEKZii6dftxWqY4Wb9z8-lnmi3c9hkrvKjM5-YHBe33_31EPvS8QhlLyuO-Sjqdmulnq_THluhnvXqZYIn8GjE7t-8Kq51uvQ5HKAWNabhRAFodDT01uoe6OtyQ_ez6/s400/world-in-hands-black-woman.jpg" width="400" /> </a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
<style type="text/css">
<!--
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P { margin-bottom: 0.21cm }
-->
</style>
</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
Un barco te trajo al puerto cuando
apenas empezaba a ser un hombre y tú, que eras casi tan joven como
yo, llevabas en la sangre la sabiduría de milenios. Te vi pisar la
piedra del embarcadero, atónito, conteniendo la respiración,
mientras tu piel negra resplandecía bajo el sol tibio de un verano
benévolo. Contemplé tu talle, la curva de tus brazos, la carne de
tus labios y la altivez de tu pecho con la fascinación con que se
veneraba a las antiguas reinas. Mis venas se agitaron al destello de
tu mirada fugaz reflejándose en la mía, mientras tratabas de
orientarte antes de dejar atrás el mar que te había traído a aquella orilla.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
No entendía qué buscaba en esta
tierra apartada una diosa pagana rediviva, pero aceché la puerta de
tu hotel, como un perro, haciéndome el encontradizo, fascinado por
el exotismo de tus andares. Decías que te había gustado la
arrogancia oscura y tranquila de mi mirada, mis cicatrices: aquella
breve, vertical, sobre el labio y la que dejaba ver en el brazo,
cerca del hombro, gracias a las camisetas de mangas minúsculas que
lucía con desvergüenza, dejando ver orgulloso una pálida
condecoración guerrera.
</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
Repetías que te había traído la
pasión por mi cultura —para mí entonces incomprensible—
cruzando un océano que por fin nos unía en lugar de separarnos,
desde una tierra que había acogido y esclavizado por igual a tus
ancestros, a los míos. Extrañas mezclas en tu sangre habían
juntado la raza que portabas orgullosa en tu piel con la nostalgia de
la tierra de origen propia de los locos aventureros de mi estirpe.
</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
Mi inglés era tan tosco y rudimentario
como tu español pero no existe lengua que no logren aprender los
amantes. Para ello, yo frecuentaba el olor de tus sábanas y las
extrañas liturgias de tu cuarto con el temor sagrado de quien nunca
había pisado el lujo de un hotel caro, algo prohibido a los de mi
casta, osando desairar a los dioses que custodiaban la críptica
moral de mi condición social; tú, en cambio, más habituada a
aquellos ritos, me abrazabas mientras yo te susurraba al oído coplas
canallas.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
Tu risa desenvuelta resultaba más
obscena por tu negrura y mi sangre se enervaba ante la insolencia de
la ignorancia y las palabras insidiosas; pero tú siempre sonreías
cuando, tras la furia, lamías las heridas frescas de mi última
pelea, mientras mi orgullo se henchía y permitías que calmara mi
sed con la fiebre metálica de tu deseo.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
Los dos sabíamos que lo que vivíamos
no era amor pero yo ignoraba que era algo a veces más profundo. No
entendía qué esperabas encontrar en esta orilla de tu vida pero tú,
más sabia, tenías claro que te llevabas lo que dejabas: la
melancolía dulce de una rumba, el recuerdo del vuelo de tu falda
blanca en las noches de fiesta, el sabor de los besos salados en
la arena, la luz que parte la tiniebla de la vulgaridad. La rabia y la
pasión de los besos... y los sueños robados cuyas astillas amanecen
ciertas mañanas clavadas en mi almohada.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
<br /></div>
<br />Gabrielhttp://www.blogger.com/profile/11284589711016331055noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-7923874605187901881.post-79438916251445432402012-07-26T22:38:00.002+02:002012-12-29T23:55:23.355+01:00Can't find my way home - Rudy Rotta<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="360" src="http://www.youtube.com/embed/ytYkXGWsocA" width="480"></iframe><br />
<br />
Nada como perderse en el camino, sin nada que nos salve de la zozobra de nuestro desamparo, para encontrar nuevas rutas. Cae la noche y los bordes de la carretera se desdibujan, mientras miramos angustiados por el retrovisor, aferrados a lo único que es seguro: aquello que dejamos atrás. El futuro es incierto y a cada paso dudamos si caeremos al abismo, si todavía queda esperanza para nosotros. Olfateamos el aire caliente en busca de pistas, aguzamos los oídos aguardando consuelo, pero estamos solos y lejos de casa. Y ha pasado tanto tiempo que no podemos encontrar nuestro camino. Sólo nos queda el orgullo, la rabia y pequeños trozos de sueños corrompidos que intentamos repostar en cada recodo, deseando que esta vez alcancen. Al fin la lucidez nos deslumbra: no hay esperanza <span class="st">—</span>el único de los males que Pandora quiso guardar piadosamente en su caja<span class="st">—</span> y nuestra inconsciencia se desvanece: sólo queda huir hacia adelante o reventar. Apretar los dientes o rendirse.<br />
<br />
<b>Rudy Rotta</b> sabe transmitir la duda de la encrucijada, el blues de la desolación, el llanto de una guitarra, el lamento de un acordeón, el frío acero clavado en las entrañas de nuestra alma. No sirven los refugios mercenarios para nosotros y sólo queda cruzar los dedos oteando la recta que muere en el horizonte. Sólo ahí vuelve a cobrar sentido la vieja canción de <b>Steve Winwood</b>, trasladándonos a aquellos tiempos que, a lo lejos, se parecen al espejismo de la carretera, aquel que muta ante nuestros ojos el frío asfalto por la frescura del agua, en la más hermosa de las mentiras.<br />
<br />
<br />Gabrielhttp://www.blogger.com/profile/11284589711016331055noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-7923874605187901881.post-13390764857473512932012-06-28T20:14:00.005+02:002012-12-29T23:55:23.316+01:00¿Autorretrato?<style type="text/css">
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</style>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiUQmX29KMnzxq4fVmxArIm0Al0fb8i6O14oIeYT5xFKx7UolVsPhmTSseVnsroruXUKW7rx-460kPcKTccfPFCyolwdmcU6qB2j0J4Qmj2xQNbBNWyB-26acXrzjyUPlt29sMiwVCjFqwm/s1600/Autoretrato.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="296" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiUQmX29KMnzxq4fVmxArIm0Al0fb8i6O14oIeYT5xFKx7UolVsPhmTSseVnsroruXUKW7rx-460kPcKTccfPFCyolwdmcU6qB2j0J4Qmj2xQNbBNWyB-26acXrzjyUPlt29sMiwVCjFqwm/s640/Autoretrato.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Fotografía: <a href="http://www.flickr.com/photos/jorgemeis/" target="_blank">Jorge Meis</a></td></tr>
</tbody></table>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
«Hablemos de mí —solía decir medio
en broma medio en serio un tío mío—. Es mi tema de conversación
favorito.» Confieso que mis excesos, aún en su gravedad, no llegan
a tal extremo, aunque pocas cosas se me ocurren más halagadoras que
ser escuchado, especialmente cuando hablamos de nosotros. No
obstante, coincido con la célebre cita de <b>Nietzsche</b> —cuya
atribución no me he tomado la molestia de comprobar— que dice que
hablar de uno mismo puede ser una forma de esconderse, así que
dejaré de lado mi pudor mientras imagino que me oculto.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
Nací hace 42 años en el mismo barrio
portuario en que se criaron mi madre y mi abuela. Esto, que podría
parecer casual, fue el fruto de la premeditación materna: tras
deambular por diferentes lugares —en uno de los cuales, si debo
creerla, fui concebido— mi madre decidió que naciera en su mismo
lugar de origen: regresó brevemente para parirme y volvió a salir
al mundo, conmigo arrastras, alternando metrópolis y terruños sin
el menor prejuicio. Mi sangre mestiza se encontraba cómoda en los
cambios hasta que de nuevo, tan caprichosamente como en las demás
circunstancias en las que mi madre no quiso consultarme, decidió
instalarse de nuevo en su antiguo barrio. Allí enraicé durante años
y —como no podía ser de otra manera para un perro mestizo— acabé
deviniendo en callejero.
</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
Pronto descubrí que la escuela era un
inmejorable complemento para el aprendizaje que me proporcionaba la
vida: privilegiado con profesores sádicos que supieron confirmarme
que estar atento resultaba imprescindible para preservar al
integridad física, a ellos —y al corrector ortográfico— debo mi
excelente ortografía. Supongo que no resultará raro que me acabara
doctorando en bares turbios, mujeres generosas, amigos peligrosos,
malandanzas, acrobacias y en el más útil y antiguo de los oficios:
el de contar, algo que resultaba imprescindible en un entorno en el
que un error en la estructura de la historia o en el diseño de un
personaje podía provocar el desastre en forma de puntos de sutura.
Para ello estudiaba constantemente sumergiéndome en la sabiduría de
los maestros de las malas artes, refugiándome en su vida y obra,
gracias a las oportunidades que en ese sentido me ofrecía la
biblioteca familiar: <b>Dumas</b>, <b>Poe</b>, <b>Verne</b>, <b>Salgari</b>, <b>Crompton</b>, Tintín,
Corto Maltés... me enseñaron que los horizontes de la vida eran tan
amplios que podían conocerse universos enteros sin salir de la
taberna. Más tarde mis lecturas crecieron y me acerqué a obras y
autores de más lustre aunque con frecuencia mucho más aburridos.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
Con el tiempo —ya tardíamente—
quise comprobar si la universidad podría ayudarme en mi búsqueda de
la sabiduría. Pisé de forma imprudente algún campus, aprendiendo
que ya sabía todo lo que podían enseñarme, así que volví a
vivir, a indagar en el fondo de los vasos, a traficar con los sueños
ajenos prostituyendo los míos, a recorrer el asfalto buscando otras
ciudades, a buscar nuevas formas de conocerme. Poco a poco fui
alcanzando cierta estabilidad, a pesar de no haber perdido del todo
la costumbre de vigilar por encima de mi hombro y de viajar con un
equipaje ligero compuesto sobre todo de una colección de historias y
de momentos que algunos llamarían experiencia.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
Ahora mis aficiones resultan igual de
descabelladas aunque tal vez no menos inocuas: a veces disecciono
libros, música o películas con el placer de quien que no se debe a
nadie, o me entrego con pasión a quien me necesita, intentando
cambiar mi mundo. Otras veces paladeo el sabor de la sal en mi
memoria, o diseño utopías, tratando de embaucar a esos incautos
soñadores lo bastante insensatos como para darme crédito. Muy de
vez en cuando, escribo. No he encontrado mejor manera de poder hablar
de mí sin ser interrumpido... y sin darme a conocer demasiado. Es de
los pocos ejercicios de egolatría que me permito. Espero que pueda
perdonárseme.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>Gabrielhttp://www.blogger.com/profile/11284589711016331055noreply@blogger.com14tag:blogger.com,1999:blog-7923874605187901881.post-7661107011800999312012-06-09T17:31:00.000+02:002012-12-29T23:55:23.353+01:00#30libros. Píldoras azules - Frederik Peeters<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjA-GbVGjzVMEF43GGTdPGLBojvpjwSQ8bCf2CodSDcDiHidBpSWNaaauOX3DTS-Nh8Pjb345CLsc6sZCojqhHYFT5iQWbrbLDGN19iYbEFPINBwiV2uvSYdgy3GfJa_-tkz-EyzIvbIYPg/s1600/pildoras.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjA-GbVGjzVMEF43GGTdPGLBojvpjwSQ8bCf2CodSDcDiHidBpSWNaaauOX3DTS-Nh8Pjb345CLsc6sZCojqhHYFT5iQWbrbLDGN19iYbEFPINBwiV2uvSYdgy3GfJa_-tkz-EyzIvbIYPg/s400/pildoras.jpg" width="286" /></a></div>
<br />
<br />
No seré yo quien dude a estas alturas del poder transformador de la palabra. Si no creyera firmemente en él no malgastaría mi tiempo con ella. Muchas veces algunas personas demasiado aferradas a una equivocada visión pragmática de la vida han despreciado a la palabra. Las letras, y con ellas las emociones, se nos muestran como estudios menores, incompatibles con el rigor científico, olvidando que el mundo mejora gracias a la creatividad, y que es la palabra uno de los rasgos propios del ser humano.<br />
<br />
No se asusten, no pretendo hacer de esto una apología insensata de los libros de autoayuda, ni siquiera de esas fábulas tan de moda y que tan balsámicas parecen resultar para seres necesitados de treguas vitales, entre otras cosas porque creo que estos libros no son más que sucedáneos aunque, como siempre digo, benditos sucedáneos si a alguien le resultan de ayuda.<br />
<br />
La literatura, o el arte en general, tiene otra trascendencia. Huye de fórmulas manidas, de los caminos transitados, de lo fácil, aportando soluciones sin pretenderlo. Llegando a consolarnos del infortunio o la soledad, o simplemente enriqueciéndonos, aumentando nuestra siempre reducida percepción del mundo. Creo que éste es el caso de <i>Píldoras azules</i>, una obra que nos muestra otro enfoque de una realidad hasta hace muy poco tiempo tabú en nuestra sociedad: la vida con el sida.<br />
<br />
Vuelvo a tranquilizar a los posibles lectores: no se confundan. Nada hay de dramático en este libro, nada de angustioso. No encontrarán en él ninguna escena desgarrada ni lamentos dolorosos que increpen a la suerte. Tampoco hay en él muerte ni dolor sino esperanza y emociones. Las mismas que pueden llenar la vida de dos personas que se atreven a iniciar una relación a pesar de las dificultades con que se encuentran.<br />
<b><br /></b><br />
<b>Frederik Peeters </b>usa su vivencia personal para hablar del peliagudo tema del sida, compartiendo sus miedos iniciales al empezar una relación con una chica infectada, que además tiene un hijo también portador del virus. <b>Peeters</b> lo cuenta con humor y cercanía, ofreciéndole al mundo un soplo de esperanza, un ejemplo de lo hermoso que puede ser construir un futuro al lado de alguien a quien la suerte le jugó la mala pasada de padecer una enfermedad estigmatizada.<br />
<br />
El drama queda diluido por el amor con que se describen las rutinas, la ilusión ante el futuro, la alegría de vivir un presente que, por otra parte, constituye la única realidad verdaderamente importante.<br />
<br />
Estoy convencido de que <b>Peeters</b> no pretendía salvar vidas con su historia, pero probablemente ésta pueda resultar todo un ejemplo para otras personas que se ven en el amargo trance de tener que enfrentarse a situaciones similares. Tal vez, por qué no, consiga aliviar en alguien la angustia que puede provocar en cualquiera de nosotros un terrible diagnóstico. A eso también le llamaría salvar una vida.<br />
<br />
Busquen este cómic tan hermoso por sus palabras como por sus dibujos, porque no se arrepentirán de leerlo. Puede que incluso lleguen a descubrir que el cómic, lejos de tópicos trasnochados, posee la misma capacidad para transmitir emociones que cualquier otra forma de arte. Estoy seguro de que quienes se animen a leerlo agradecerán cada minuto invertido en su lectura. Si es así, por favor, no dejen de contármelo.<br />
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<br />Gabrielhttp://www.blogger.com/profile/11284589711016331055noreply@blogger.com10tag:blogger.com,1999:blog-7923874605187901881.post-67688090122574170122012-06-03T02:24:00.000+02:002012-12-29T23:55:23.344+01:00#30libros. Uno que se haya robado. Yo, Christiane F. - Kai Hermann, Horst Rieck y Christiane F.<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgB1_BFujA2l8DP9E5oCY-x42PboMLp-nZOpgjvx96J6_mWVCCQLVcg-3sW8NrCH-YFjkVMq2FIflq830PudrcI-DFe4o0D-1FdNv80Bz-qadeuxjGwI626r8noCctIVpxZ6vQuRFNpPDn5/s1600/christianef.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgB1_BFujA2l8DP9E5oCY-x42PboMLp-nZOpgjvx96J6_mWVCCQLVcg-3sW8NrCH-YFjkVMq2FIflq830PudrcI-DFe4o0D-1FdNv80Bz-qadeuxjGwI626r8noCctIVpxZ6vQuRFNpPDn5/s400/christianef.jpg" width="265" /></a></div>
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No he robado demasiados libros en mi vida, y siempre que lo he hecho ha sido bajo el paraguas de nobles causas (salvar un libro de su más que probable destrucción) o amparándome en el más que manido eufemismo de "no devolverlo", argumento que utilicé, hace unos veinte años, en el caso de este libro. Lo curioso, es que durante mucho tiempo pensé en devolverlo, y prueba de ello es que con esa idea llegué a comprar un ejemplar idéntico que encontré en una librería de viejo. Al final, el tiempo fue pasando y actualmente tengo dos ejemplares en mi estantería, con lo cual se demuestra que como ladrón no sólo soy por completo ineficaz, sino también bastante absurdo (permítanme que use de nuevo un eufemismo).<br />
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<i>Yo, Christiane F.</i>, que lleva el espantoso y sensacionalista subtítulo de <i>Hijos de la droga</i>, y cuyo título original en España fue el más afortunado <i>Los niños de la estación del Zoo</i>, relata en primera persona la historia real de una adolescente de 14 años prostituta y adicta a la heroína. El libro, que es un terrible relato acerca del infierno de la heroína, es un reportaje que recoge las entrevistas realizadas a la joven <b>Christiane F.</b> por los periodistas<b> Kai Hermann</b> y <b>Horst Rieck</b>, impresionados por la declaración de <b>Christiane</b> en un juicio. Una historia<b> </b>que es la de miles de jóvenes adictos que vivieron su adolescencia en los años '80, fascinados por el falso glamour de las drogas, en las cuales encontraban un escape fácil a la hostilidad de las ciudades.<br />
<br />
Hace unos veinte años que leí este libro y, aunque más de una vez me plantee afrontar su relectura, nunca conseguí armarme de valor para regresar a sus páginas, llenas de escenas demasiado vívidas, de robos; describiendo plenamente el proceso de acercamiento y adicción a la heroína, sin omitir situaciones sórdidas, prostitución, trapicheos, abusos, chutes narrados con todo lujo de detalles, cayendo demasiadas veces en el detalle morboso descrito exhaustivamente, hasta el punto de que algunas de sus escenas han quedado grabadas para siempre en mi memoria.<br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiV-yILklI7_TcR28sD6h8d7xJrnPRgCZxnx_Y5ydBUrDWkh2kqkGAPWVz1HnPhTKer7V7bkWsL60_TX4EpO_TWgigmkVHLt0_GvCvryONxqpcEY5QWGKit5mg64jAv-2FdqXDYrkxusSsk/s1600/christiane2.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="290" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiV-yILklI7_TcR28sD6h8d7xJrnPRgCZxnx_Y5ydBUrDWkh2kqkGAPWVz1HnPhTKer7V7bkWsL60_TX4EpO_TWgigmkVHLt0_GvCvryONxqpcEY5QWGKit5mg64jAv-2FdqXDYrkxusSsk/s400/christiane2.jpg" width="400" /></a></div>
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A pesar de todos sus defectos, el libro es un relato vívido de la cara B de una realidad que Europa siempre quiso tapar, una historia de perdedores, la auténtica crónica negra de una generación arrasada por la más cruel de las adicciones. Para quienes vivimos aquella época, el relato de <b>Christiane F.</b> posee nombres y rostros, historias de fracaso, de derrota, de angustia, muerte y dolor, pero también de sacrificio, superación y lucha por la dignidad del ser humano.<br />
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No querría cerrar este comentario sin hacer referencia a una curiosidad. A pesar del horror que rezuman las páginas de este libro estremecedor, su lectura me resultó tan absorbente que me resultaba imposible soltarlo. A mis ojos se presentaba una auténtica aventura, una historia de superación que, paradójicamente, parecía invitar, como todas las grandes aventuras, a ser vivida, una circunstancia que aumentaba la zozobra con la que leía el libro, dejando, aterrado, que mi alma hiciera equilibrios sobre la hoja afilada de un navaja forjada en el infierno. Sólo muchos años después, buscando información sobre esta historia, pude saber que en Alemania llegó a ser retirado de las librerías porque, lejos de provocar un rechazo en los jóvenes por la heroína, muchos caían en sus redes tras la lectura de este libro. Y ahora, vayan y léanlo... si se atreven. <br />
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<br />Gabrielhttp://www.blogger.com/profile/11284589711016331055noreply@blogger.com10tag:blogger.com,1999:blog-7923874605187901881.post-70717237558114454032012-05-27T12:00:00.000+02:002012-12-29T23:55:23.346+01:00#30libros. Uno que lo haya asustado. Ciudad de Dios - Paulo Lins<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhZe93_6bjtrTR0i-92_8_9BUZjkjDpeIiYboiOHLCXgEe1Wdt_Twj8yWRviC_VEgavrf-pQGyWPJb-dnlmQJtSF6svNepMBEeDLkk8HL1Jd-0Twc-NCne__ppb-AhE5uCVVR-Bv04QNFM1/s1600/262146.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhZe93_6bjtrTR0i-92_8_9BUZjkjDpeIiYboiOHLCXgEe1Wdt_Twj8yWRviC_VEgavrf-pQGyWPJb-dnlmQJtSF6svNepMBEeDLkk8HL1Jd-0Twc-NCne__ppb-AhE5uCVVR-Bv04QNFM1/s400/262146.jpg" width="265" /></a></div>
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<br />
Hay muchos libros que me han asustado. Curiosamente, salvo mi época juvenil de acercamiento al género de terror, pocas veces volví a acercarme al mismo en mi edad adulta. Confieso que, salvo alguna visita a los clásicos, el género me parece bastante devaluado. En mi juventud me asustaron <a href="http://sonosrotos.blogspot.com.es/2012/02/30libros-el-primer-libro-que-leyo-en-su.html" target="_blank"><b>Edgar Allan Poe</b></a> y <b>Stephen King</b>; de hecho, este último casi me hizo enfermar con la lectura compulsiva de <i>Misery</i> o <i>El misterio de Salem's Lot</i>, pero pocas veces volví a un género que, en general, no me interesó lo más mínimo.<br />
<br />
El terror normalmente me lo he encontrado en novelas que no tenían nada que ver con lo sobrenatural. Me estremecí con los relatos bélicos de <b>Eric Maria Remarque</b> y <b>Robert Graves</b>, en sus respectivas obras autobiográficas ambientadas en la I Guerra Mundial: <i>Sin novedad en el frente</i> y <i>Adiós a todo eso</i>; con los delirios de <b>Ellroy</b> en <a href="http://sonosrotos.blogspot.com.es/2010/06/la-dalia-negra-james-ellroy.html" target="_blank"><i>La Dalia Negra</i></a> y su enfermiza autobiografía de <i>Mis rincones oscuros</i>, igual que con <b>Truman Capote</b> y <i>A sangre fría</i>, en su desequilibrada exploración de la mente de un psicópata. Me llenó de desasosiego la crudeza del reportaje en primera persona de Yo, Christiane F., la terrible historia de adicción a la heroína de una adolescente, así como no tuve valor de enfrentarme a la lectura de <i>Los demonios del Edén</i>, de <b>Lydia Cacho</b>, en el que trata la pederastia y la pornografía infantil, y cuya publicación provocó el secuestro y tortura de la periodista y activista mexicana. La lista podría ser interminable.<br />
<br />
Con frecuencia, y a pesar de la anestesia a la que nos someten los medios de comunicación de masas, la realidad resulta más aterradora que la peor de las fantasías. Y eso es lo que nos encontramos en <i>Ciudad de Dios</i>, la realidad extrema de las favelas brasileñas. Ese otro mundo que tantas veces preferimos ignorar y que <b>Paulo Lins</b>, su autor, criado en la propia favela, conoce demasiado bien.<br />
<br />
<i>Ciudad de Dios</i>, que nació a raíz de un trabajo de investigación, se convierte en una amplia y compleja novela coral en la que la violencia tiene una presencia constante. Niños soldados matando a sangre fría, violaciones salvajes narradas con todo lujo de detalles, las humillaciones de las cárceles, la tortura más cruel hacia cualquiera. El horrible asesinato de un bebé, previa tortura, que se nos narra sin ahorrarnos ni un ápice de locura. Un libro estremecedor que no deja de golpearnos a cada página y que nos aterra aún más porque sabemos que esa realidad existe, que es posible, como consecuencia, en parte, de una violencia estructural de un sistema corrupto que permite que el uso de la fuerza perpetúe un mundo injusto en el que sólo se valora el poder.<br />
<br />
El libro adquirió más fama gracias a la excelente adaptación cinematográfica de <b>Fernando Meirelles</b>, que pese a aportar menos detalles y a pasar de puntillas sobre las escenas más escabrosas y brutales del libro, consique crear una historia más sólida al centrarse en el atractivo personaje de Buscapé, apenas explotado en la novela y auténtico alter ego de <b>Paulo Lins</b>, que colaboró en la elaboración del guión, haciendo que obra literaria y cinematográfica resulten complementarias.<br />
<br />
No recomiendo la obra de <b>Paulo Lins</b> a aquellos espíritus sensibles que prefieran la literatura de terror como una forma de evadirse de la realidad. La brutalidad de <i>Ciudad de Dios</i> podría despertarlos de su sueño.<br />
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<br />Gabrielhttp://www.blogger.com/profile/11284589711016331055noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-7923874605187901881.post-49790705333367166992012-05-20T13:47:00.002+02:002012-12-29T23:55:23.331+01:00#30libros. Un libro que le regalaron y no le gustó: El viejo y el mar - Ernest Hemingway<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhkWJcYwaMdvasIm1MgpsdrEOn77icaGs2QIRrl1tXtkCINpOv33dDjtGFKcPX9lPB9ox2-NRZR3OaUVOYa8a4vE_TIet-woEMMeQv3T_SWHvRsbRLRm46oA6TAjGeau7gFawnMjAgY4GOg/s1600/El+viejo+y+el+mar.preview_0.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhkWJcYwaMdvasIm1MgpsdrEOn77icaGs2QIRrl1tXtkCINpOv33dDjtGFKcPX9lPB9ox2-NRZR3OaUVOYa8a4vE_TIet-woEMMeQv3T_SWHvRsbRLRm46oA6TAjGeau7gFawnMjAgY4GOg/s1600/El+viejo+y+el+mar.preview_0.jpg" /></a></div>
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<b>Hemingway</b> es uno de esos autores a los que siempre vuelvo a pesar de que nunca termina de convencerme. Supongo que, como me dijo una vez <a href="http://madoguna.blogspot.com/" target="_blank">Lola</a>, algo me ofrece para que una y otra vez acabe regresando a su obra.<br />
<br />
Tenía apenas catorce años cuando mi madre decidió regalarme <i>El viejo y el mar</i>. Ella admiraba (y creo que todavía admira) a <b>Hemingway</b>: <i>Por quién doblan las campanas</i>, <i>Al otro lado del río y entre los árboles</i>, <i>Adiós a las armas</i>... Imagino que en aquella época de ilusiones que le tocó vivir, se creía buena parte de la leyenda romántica de su personaje. Por supuesto, yo leí <i>El viejo y el mar</i> con la esperanza de encontrarme una historia que me atrapara. No se podía esperar demasiado de mí: por aquel entonces devoraba con igual fruición, entre otras cosas, el Totem, el Metal Hurlant, los cómics de la Marvel, El Víbora, Conan, <b>Salgari</b> (sobre todo Sandokan), <b>Julio Verne</b>, <b>Agatha Christie</b>, <b>Dumas</b>, Tintín, Astérix y Mortadelo. No era consciente de que aquella falta total de prejuicios podía haber sido explotada como una característica post-moderna. Simplemente, y en mi relativa inocencia, leía.<br />
<br />
Como era de esperar, el libro me decepcionó. Y con él, mi madre. No podía entender cómo una persona inteligente podía regalarme un pestiño a la manera. Así de dura resultaba la vida: tras la gran decepción que había supuesto unos años antes el descubrimiento de que había sido engañado por mis padres, que se hacían pasar alevosamente por los Reyes Magos, haciéndome quedar como un imbécil con mis amigos y compañeros, ahora un regalo materno me hacía perder absurdamente unas horas valiosísimas de lecturas y aventuras apasionantes. Me quemaba las pestañas con algo infumable pudiendo estar leyendo cosas de utilidad para camelar a la vecinita por la que entonces bebía los vientos. La lección era clara: no podía uno fiarse ni de su madre.<br />
<br />
La cosa no quedó ahí: de nuevo llevado por esa insana curiosidad que tantos problemas me ha ocasionado en la vida, decidí releer, muchos años después, <i>El viejo y el mar</i>. Y siguió sin convencerme. Mi segunda lectura fue, a pesar de todo, mucho más satisfactoria. Acostumbrado, tras años de lectura y millones de páginas leídas, a buscar siempre algo que compense cualquier esfuerzo, conseguí rescatar aquello que, sin duda, mi madre había querido transmitirme muchos años antes: el valor del esfuerzo, de la lucha, de dotar de sentido a nuestras acciones más cotidianas, de no rendirnos, de no regatear energías para cumplir con lo que consideramos nuestro deber. Que mientras seamos coherentes con nuestros valores y principios, no importa que las cosas salgan mal, porque lo único importante es mantenernos fieles a nosotros mismos. La derrota y el triunfo son efímeros y nunca vale la pena traicionarnos a cambio de un momento fugaz en nuestras vidas. Creo que con esto puedo decir que el regalo de mi madre no cayó en tierra estéril.<br />
<br />
Por todo ese mensaje que pude atrapar de la célebre obra de <b>Hemingway</b>, y de acuerdo a los principios por los que me he regido a lo largo de este <a href="http://sonosrotos.blogspot.com.es/p/el-reto-de-los-treinta-libros.html" target="_blank">reto de los treinta libros</a>, aunque <i>El viejo y el mar</i> no me haya gustado, me veo obligado a recomendarlo. En el peor de los casos uno puede llegar con su lectura a buenas conclusiones. Aunque sea que es preferible releer, una vez más,<i> <a href="http://sonosrotos.blogspot.com.es/2011/11/30-libros-uno-que-se-leyo-de-un-tiron.html" target="_blank">Los tres mosqueteros</a></i>.<br />
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<br />Gabrielhttp://www.blogger.com/profile/11284589711016331055noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-7923874605187901881.post-54479788322349032662012-05-13T13:45:00.000+02:002012-12-29T23:55:23.335+01:00#30libros. Uno que asocie con la música que le gusta: El corazón es un cazador solitario - Carson McCullers<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi6Hb1O0pRECEtd1wKZXbAfx8zMYtVbxEe7Hje11L-1wKj6jXBHHYhnVf6QHLurVD11caC1FQeu-DbHAuLdr7_jhWdkc6MCr41pt3go0HQ66gXgZScb3htRUkKfgBCOe2Crw03RnyHCSynw/s1600/image_book.php.jpeg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi6Hb1O0pRECEtd1wKZXbAfx8zMYtVbxEe7Hje11L-1wKj6jXBHHYhnVf6QHLurVD11caC1FQeu-DbHAuLdr7_jhWdkc6MCr41pt3go0HQ66gXgZScb3htRUkKfgBCOe2Crw03RnyHCSynw/s320/image_book.php.jpeg" width="195" /></a></div><br />
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De entre todas las múcias que escucho, antes o después acabo regresando a la languidez de la música del sur de los Estados Unidos. A ese lugar mítico en el que la vida rural, el mestizaje forzoso, el trabajo y la desigualdad conviven con irregular fortuna. Ignoro qué extraños resortes mueven en mi alma los acordes metálicos de una guitarra, el lamento de una harmónica, las voces cancerígenas, la sexualidad de un saxo al borde de la afinación canónica... Una música que habla por igual de campo y locales oscuros, de sueños, esperanzas, derrotas y miserias, de trabajo y pereza, de lucha y abandono, de los vicios y virtudes de un mundo en el que se dan la mano el rock, el folk, el blues, el soul, el country, el jazz, cruzando fronteras a veces demasiado difusas.<br />
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<iframe width="420" height="315" src="http://www.youtube.com/embed/HKUbnBgiVoM" frameborder="0" allowfullscreen></iframe><br />
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La lectura de la prosa sureña de <b>Carson McCullers</b> me trasladó automáticamente a esas músicas que siempre sentí como una punzada en el pecho, porque <i>El corazón es un cazador solitario</i> habla de esos viejos temas universales: la soledad, la incomunicación, la muerte, la pérdida de la inocencia... Pero también, aunque en menor medida, de la vida y sus avatares, sus juegos y alegrías, como dos caras de la misma moneda, lamentándose de la imposibilidad para transmitir lo que sentimos, y como en nuestra incomprensión del mundo, nos engañamos buscando receptores idóneos que nunca llegarán a aprehender el significado completo de lo que sentimos.<br />
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<i>El corazón es un cazador</i> solitario es un libro de gente humilde, de personajes marginales que siempre interesaron a la autora, aquellos que cantan como quien llora su angustia, de los que nunca aparecerán en los libros de historia, de quienes sofocan su voz en alcohol mientras contemplan resignados los callos de sus manos, sufriendo su aislamiento e incomprensión, y son víctimas y verdugos de una violencia que lo impregna todo, como un elemento cotidiano.<br />
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Siempre asociaré esta novela a <i><a href="http://sonosrotos.blogspot.com.es/2010/05/una-cancion-del-pasado-love-song-for.html" target="_blank">Una canción del pasado</a></i>, una excelente película en la que el libro de <b>McCullers</b> tiene una significación especial. Y por supuesto, me resulta imposible disociarlo de la magnífica banda sonora, en la que <b>Grayson Capps</b> destaca por la sensibilidad áspera de su voz y la dulzura lacerante de su guitarra.<br />
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<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="http://www.youtube.com/embed/Ebdv03iSGo0" width="420"></iframe><br />
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<br />Gabrielhttp://www.blogger.com/profile/11284589711016331055noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-7923874605187901881.post-70730034626998412792012-05-05T15:01:00.001+02:002012-12-29T23:55:23.349+01:00#30libros. Uno para aprender a perder. El camino - Miguel Delibes<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgLqJ26sSsMoHrJXa9lv7LBKzgc0wkvu6-M2uUGfL8GDtIb2drMigtT5T3BC7QofbXeGZlSwSUYNotm_fI4PkASqyKTeiA8v0cr8wNNJiFGkgXjlmGcpHU6FToqXuNldMXGuMAjw82Mg6cU/s1600/el_camino.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgLqJ26sSsMoHrJXa9lv7LBKzgc0wkvu6-M2uUGfL8GDtIb2drMigtT5T3BC7QofbXeGZlSwSUYNotm_fI4PkASqyKTeiA8v0cr8wNNJiFGkgXjlmGcpHU6FToqXuNldMXGuMAjw82Mg6cU/s400/el_camino.jpg" width="247" /></a></div>
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¿Existe algo más doloroso que la pérdida? La distancia del hogar, la muerte de aquellos a los que amamos, el hueco frío que ocupa la ausencia en nuestra cama, la juventud, los breves triunfos pasajeros que bajan, desplomándose, de la cumbre de nuestros sueños...<br />
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Ignoro si puede algún libro enseñarnos a vivir con la derrota, algo que sólo se aprende año tras año, con la valentía de saber mirarse sin autocompasión cada noche en el espejo de nuestras ilusiones. No obstante, no existe conocimiento superfluo para alcanzar la sabiduría y a veces pequeños retales de la realidad resultan imprescindibles para vivir en paz con nuestro equipaje emocional.<br />
<br />
Hay muchos libros que nos pueden enseñar a perder. La derrota siempre ha sido tremendamente fotogénica, a pesar de lo dolorosa que puede resultar para quien la padece. Y sin embargo, muchas veces, lo que se considera derrota no es más que la vida imponiendo sus rutinas, sus reglas, tramando sus ataduras, cerrando puertas que dejan abiertas rendijas por las que mil sueños pueden seguir colándose.<br />
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<i>El camino</i> es una historia de pérdidas y de renuncias contada desde la nostalgia de un mundo perdido. Una dura pero hermosa historia en la que el infortunio se vive como una parte imprescindible de una vida de lucha constante en comunión con la naturaleza, en la que todos podemos ser presas y depredadores. Víctimas y verdugos de una realidad tan cruel como maravillosa y por ello llena de misterios.<br />
<br />
<b>Delibes</b> nos habla de un paraíso perdido. De aquellos momentos que nunca volverán a nuestras vidas: la inocencia de nuestra mirada de niños, la amistad inquebrantable, la admiración incondicional, el miedo, el amor eterno que apenas dura un verano, la muerte que marca de forma despiadada nuestro tránsito a la edad adulta, la injusticia y la vergüenza, las estructuras de poder, nuestra pertenencia a la colectividad...<br />
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De cada palabra escrita en <i>El camino</i> podemos aprender algo sobre nosotros mismos. Cada relectura puede ofrecernos un nuevo ángulo desde el que volver a observar nuestra propia existencia. Aquello que perdimos.<br />
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<br />Gabrielhttp://www.blogger.com/profile/11284589711016331055noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-7923874605187901881.post-88359140477199395792012-04-28T21:11:00.003+02:002012-12-29T23:55:23.358+01:00#30libros. Uno que no prestaría a nadie: Memorias de Corto Maltés - Hugo Pratt y Michel Pierre<br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgTgxzacm7z5zvQOExoih1y50gu6sFypHQI3NSUtHIYUxgc-3Uv7TTbq7TI79bnhB2C34mz7FTHJISKyJ9VqNwU8f1ze2q0ybUCgJPUzFVDDrVRd7oLkfnuQ5nrp6g27oB3Ez0AmLu_Ucvr/s1600/NewComic_CortoMaltes_Tomo_0001.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgTgxzacm7z5zvQOExoih1y50gu6sFypHQI3NSUtHIYUxgc-3Uv7TTbq7TI79bnhB2C34mz7FTHJISKyJ9VqNwU8f1ze2q0ybUCgJPUzFVDDrVRd7oLkfnuQ5nrp6g27oB3Ez0AmLu_Ucvr/s320/NewComic_CortoMaltes_Tomo_0001.jpg" width="232" /></a></div>
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¿Qué razones podría tener para no querer prestar un libro a nadie? Teniendo en cuenta la célebre frase de que hay dos tipos de tonto: el que presta un libro... y el que lo devuelve, y que en mi biblioteca no hay libros de excesivo valor económico, pocas razones se me ocurren salvo el valor sentimental que pueda dar a mis libros. Aquí sí existe un buen puñado de libros que me dolería perder. Viejas ediciones heredadas de <i>Los tres mosqueteros</i>, <b>Shakespeare</b>, <i>Las mil y una noches</i>, <b>Wilde</b>, <i>El Quijote</i>... Los libros que seres queridos me regalaron cuando era niño: <i>El viejo y el mar</i>, <i>El bosque animado</i>, <i>Tartarín de Tarascón</i>... Probablemente no prestaría ninguno de estos libros, entre otras cosas porque están tan ajados y manoseados que me daría hasta reparo prestarlos.<br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiLOZ_-AAjHeWY0U2Uu3v5T_bQFaXHMiMCPot-SgP_9ZOW8V8I5xSGaDOBlI0HTMhezkySYxMtB42zJ-rGNijyAejJa1tvrWL0S7i8lJa2Je-uYIrSku4Bp_daB9_GfftqVuC-n3gEQ7Rs5/s1600/corto-venezia.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiLOZ_-AAjHeWY0U2Uu3v5T_bQFaXHMiMCPot-SgP_9ZOW8V8I5xSGaDOBlI0HTMhezkySYxMtB42zJ-rGNijyAejJa1tvrWL0S7i8lJa2Je-uYIrSku4Bp_daB9_GfftqVuC-n3gEQ7Rs5/s1600/corto-venezia.jpg" /></a></div>
<br />
Si he escogido las <i>Memorias de Corto Maltés</i> como libro que no prestaría a nadie es por razones sentimentales: tras haber ido perdiendo durante años uno a uno todos los ejemplares que componían mi colección de cómics del célebre aventurero, gracias a ir prestándolos indiscriminadamente, al cabo de casi veinte años descubrí que el único libro de la colección que conservaba era precisamente éste. Imagino que entre mis colegas, la profusión de texto sobre las imágenes, no lo convertían en un libro especialmente atractivo. Y sin embargo lo es. Algunas de las imágenes que se incluyen en el libro son auténticas obras de arte, acuarelas deliciosas que completan aspectos ignotos de la vida del aventurero que algunos cazábamos intentando cubrir esos huecos misteriosos que nublaban su biografía. Por eso algunos también devoramos ávidamente los textos de <b>Michel Pierre</b> en los que cada paso de Corto aparecía reflejado: sus amigos, sus viajes, sus aventuras, sus amantes... <br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiubLcEMwFYmSr4yWwzSJmmZMtSPTxZXGFanKKo16wMEiqlJtQCRDVouGiiWAIuErs0zeNq0foZ_na3J2bogme0XmqnielLum1zV4l_VjzTHK3Fj8V2GURMPgiX1It-rpbkBuJZtTCtZeyw/s1600/1300983377408.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiubLcEMwFYmSr4yWwzSJmmZMtSPTxZXGFanKKo16wMEiqlJtQCRDVouGiiWAIuErs0zeNq0foZ_na3J2bogme0XmqnielLum1zV4l_VjzTHK3Fj8V2GURMPgiX1It-rpbkBuJZtTCtZeyw/s320/1300983377408.jpg" width="242" /></a></div>
<br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEijcWZNzE2e5kRUA1h09bEMHfxXvvbJ3MTHgWIIgqQQ3L7_nIfe6cHqXTmgJeUs9xo_EwsgXW4ZqX4xIAgR1rNjFch_dLabveT-D3kYjN75An_yKK9U5kve7wzmFf-Ta8iGKH2TzRiuJzIH/s1600/CORTO+MALT%C3%89S.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEijcWZNzE2e5kRUA1h09bEMHfxXvvbJ3MTHgWIIgqQQ3L7_nIfe6cHqXTmgJeUs9xo_EwsgXW4ZqX4xIAgR1rNjFch_dLabveT-D3kYjN75An_yKK9U5kve7wzmFf-Ta8iGKH2TzRiuJzIH/s1600/CORTO+MALT%C3%89S.jpg" /></a></div>
<br />
<i>Memorias</i> <i>de Corto Maltés</i> no es un libro de gran calidad literaria, y probablemente sea olvidado muy pronto, si no se ha hecho ya, teniendo en cuenta que hasta ahora no ha sido reeditado, pero es uno de esos libros que conservo orgulloso y por el que ha veces paso mi mirada repasando esas rutas alrededor del mundo, la belleza de los dibajos de <b>Pratt</b>, algún dato ya olvidado que me lleva a soñar con volver a recorrer extrañas y lejanas tierras en compañía del mejor compañero de aventuras que se podría imaginar. El inefable marino Corto Maltés. Amigo de sus amigos, pirata y cazador de tesoros.<br />
<br />
<br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgnsl89u5xysU1aGWza1X5Qqt4XgnbKUUylYh78cQgydARLXhiUCasvJTpxtD-w1-skKL8WPetJv9jvR80P5wdHyYNsSw9jpoHwpOK_-nyHC4nb6yus6wz-_CqoLj1EXO1YUrnMNRS_716a/s1600/CORTO.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgnsl89u5xysU1aGWza1X5Qqt4XgnbKUUylYh78cQgydARLXhiUCasvJTpxtD-w1-skKL8WPetJv9jvR80P5wdHyYNsSw9jpoHwpOK_-nyHC4nb6yus6wz-_CqoLj1EXO1YUrnMNRS_716a/s320/CORTO.jpg" width="232" /></a></div>
<br />Gabrielhttp://www.blogger.com/profile/11284589711016331055noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-7923874605187901881.post-48776505745303483862012-04-21T17:35:00.000+02:002012-12-29T23:55:23.327+01:00#30libros. Uno que le gustaría volver a leer en su vejez. La sonrisa etrusca - José Luis Sampedro<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjJe1BVGluA_7gmAgEKCiGloq-4xBIYecnH5cns6hV9s5FcUJdj0TBeKbEVyUuZNwI_TYw_kKWkXBv2K5m-yu2Bc4enlw4R8F3IZX9BYbyfRVm06Fv_s1WEuuxguL_pyDdOM4UnS2wwF2uc/s1600/la-sonrisa-etrusca.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjJe1BVGluA_7gmAgEKCiGloq-4xBIYecnH5cns6hV9s5FcUJdj0TBeKbEVyUuZNwI_TYw_kKWkXBv2K5m-yu2Bc4enlw4R8F3IZX9BYbyfRVm06Fv_s1WEuuxguL_pyDdOM4UnS2wwF2uc/s400/la-sonrisa-etrusca.jpg" width="252" /></a></div>
<br />
<br />
A decir verdad, a mí lo que me gustaría es poder llegar a la vejez; y además hacerlo conservando un mínimo de dignidad. De alcanzar ese mínimo, entre muchos otros más prioritarios, leer sería una de esas actividades que me encantaría realizar.<br />
<br />
Siempre que pienso en envejecer con un mínimo de dignidad pienso en <b>José Luis Sampedro</b>, que supongo que llevará lo mejor posible sus propias miserias, pero que transmite en todo momento un savoir faire envidiable en sus cada vez más escasas intervenciones públicas. Imagino que, a pesar de los pesares, e independientemente de las opciones políticas de cada uno, <b>Sampedro</b> es todo un modelo a seguir en cuanto a lucidez a una edad tan avanzada como la suya.<br />
<br />
Para ser sincero, no he leído demasiados libros suyos, tan sólo tres, pero al menos dos de ellos me han hecho reflexionar sobre cuestiones que considero de gran importancia en la vida. Si en <i>Monte Sinaí</i>, comentado en los inicios de <a href="http://sonosrotos.blogspot.com.es/2010/05/monte-sinai-jose-luis-sampedro.html" target="_blank">este mismo blog</a>, <b>Sampedro</b> reflexionaba sobre la enfermedad y la muerte en el terreno de la no ficción, en la que es su obra más conocida, <i>La sonrisa etrusca</i>, explora esos mismos temas utilizando la ficción como vehículo para transmitir sus ideas, con las que parece mostrarse coherente en estos años finales de su vida.<br />
<br />
<i>La sonrisa etrusca</i> es un libro que narra la evolución vital de un hombre fuertemente ligado a la tierra y la naturaleza, adaptándose a nuevos tiempos y vivencias con la energía de un hombre de acción y la sabiduría intuitiva de un hombre de campo, acostumbrado a la acción y la desdicha, a vivir la vida disfrutando de sus treguas saboreándolas tan desprejuiciadamente como se soporta la desgracia.<br />
<br />
<b>Sampedro</b> nos cuenta cómo es posible envejecer con dignidad, continuar aprendiendo hasta el final (incluso aquel que está muriendo, aprende a morir), dotar a la existencia de sentido siendo consciente de cada pequeño acto, sin perder la alegría de cada pequeña conquista, conservando en los labios la sonrisa a pesar del infortunio.<br />
<br />
Sólo por eso, independientemente de su virtudes técnicas o estilísticas, merece acercarse a esta obra, y volver a leerla en la vejez, para recordarnos que, incluso mientras morimos, podemos seguir siendo las mismas personas que fuimos, conservando intacta la dignidad.<br />
<br />
<br />Gabrielhttp://www.blogger.com/profile/11284589711016331055noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-7923874605187901881.post-20247999187954515302012-04-19T00:13:00.000+02:002012-12-29T23:55:23.318+01:00Los sueños cambian<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjxwm28AgtMzEjD2WTTp5sopTQx6vmFTjiBPwDRfSev3wKhMS-GSV0hIKfEkYpDA-CbaiiMdZnZr8Th1ZFKNYkCKfEOMUz7lIwzS9MRdTTu3-U0F_KICAOECxpU1KaEfNswXqZMuQGPe8bx/s1600/JorgeMeis_phixr(1).jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjxwm28AgtMzEjD2WTTp5sopTQx6vmFTjiBPwDRfSev3wKhMS-GSV0hIKfEkYpDA-CbaiiMdZnZr8Th1ZFKNYkCKfEOMUz7lIwzS9MRdTTu3-U0F_KICAOECxpU1KaEfNswXqZMuQGPe8bx/s1600/JorgeMeis_phixr(1).jpg" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Fotografía: <a href="http://www.flickr.com/people/jorgemeis/" target="_blank">Jorge Meis</a></td></tr>
</tbody></table>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
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</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgOpMsAbGSkVVbngF2pa50xuHlHM8Xd4SpHxHbL0w51AXuiDvwmfntLq1O51Az2aKoiCuMBCCGUoSssch_xyNkO_NgfeDtOuohpge22B4gShFO-xrxjjmUfPEO4QuSwuS8y58Lnr10Gy0R1/s1600/3611092693_0cb0ae81f9_m.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"></a></div>
<br />
<style type="text/css">
<!--
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P { margin-bottom: 0.21cm }
-->
</style>
<br />
<div style="margin-bottom: 0cm;">
Hace veinte años era tan viejo que el
sueño juvenil de un hogar propio se parecía con frecuencia más a
unas buenas vistas en el cementerio que a ninguna otra cosa. Hoy, que
soy muchísimo más joven, mis sueños ya no se tiñen de negro.
Resultan más optimistas: sólo aspiro a seguir lo bastante hábil
como para poder continuar bailando tangos, adelantándome un compás
al ritmo que marca la suerte, engañar al diablo (sin pasearme tan
cerca del borde del abismo, eso sí) y cruzar los dedos para que la
muerte me sorprenda tarde y satisfecho con las cosas que hice... y
las que no hice.
</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
No fue fácil salirse de aquella
extraña danza, de los restos de un sueño breve y convulso que
tantas víctimas dejó tras de sí. Muchos éramos los que
maldormíamos en aquellos tiempos de fuego y asfixia, acosados por
las pesadillas que dejaban a su paso un reguero de confusión y
rabia. El amor era una quimera mercenaria y los planes a largo plazo
tenían una fecha de caducidad similar a la de los yogures que
criaban moho en los estantes del colmado. La amistad era camaradería
ante la adversidad y nada había fuera de ella, mientras que la
familia era un búnker en el que uno podía refugiarse de amenazas
exteriores con la misma delicadeza de un beso que dejara nuestros
labios cubiertos de sangre.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
Se vivía como se peleaba: aguantando
el dolor sin llorar, mirando a los ojos de los rivales, sin dar la
espalda al peligro, apretando los dientes ante el miedo, sangrando,
sin dar tregua ni pedirla, con la esperanza de que no hubiera Dios ni
futuro, pensando que normalmente, cuando las cosas cambian, suelen
hacerlo a peor.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
Fue preciso llegar a una absoluta falta
de fe para poder creer. Catar la amargura del desastre y la
incomprensión. Pasar la ordalía más cruel que abría el paso a la
edad adulta para poder volver a mirar la vida con ojos de niño. Y
así, cuando tuve la firme convicción de que mi alma corría el
grave riesgo de convertirse en cualquier cadáver que apareciera en
una pensión de mala muerte con una jeringuilla clavada en su brazo,
decidí huir. Buscar otros horizontes sin salir del barrio. Intentar
encontrar la amistad que se escondía al final del arcoiris. Alcanzar
una dignidad tantas veces confundida con orgullo. Recuperar aquella
inocencia que antiguas fotos me contaron que una vez tuve.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
No sé si logré llegar a alguna de
aquellas metas, aunque el camino aún no ha terminado, pero a pesar
de que en mis sueños está siempre acechante la negra presencia de
un reloj implacable, deseo seguir jugando con el monótono tic-tac
del segundero, creando sobre él un ritmo sincopado que me ayude a
seguir pensando que el tiempo ya no importa, y que sólo jugando a
darle forma podremos mentirnos y continuar soñando que todavía es
posible engañar al destino. </div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>Gabrielhttp://www.blogger.com/profile/11284589711016331055noreply@blogger.com20tag:blogger.com,1999:blog-7923874605187901881.post-76497743781921096022012-04-14T15:08:00.001+02:002012-12-29T23:55:23.351+01:00#30libros. Uno de poemas (no valen antologías). Navegaciones - María Luisa Mora Alameda<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
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</div>
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</div>
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</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhK6_WKI_mzjCum7xCD39Urtg0OZO6A1xH4BLG1ylVunTk3XFSFGd9ceGYqTnYd5n4w_-N48Qa6d3Bw02iUOYHH2VCK8y5zOO7pSZVXdZKYr0DCjAOmr0qJ3Sj0-1wVTyrk5Q86aUW4c5i-/s1600/NAVEGACIONES.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhK6_WKI_mzjCum7xCD39Urtg0OZO6A1xH4BLG1ylVunTk3XFSFGd9ceGYqTnYd5n4w_-N48Qa6d3Bw02iUOYHH2VCK8y5zOO7pSZVXdZKYr0DCjAOmr0qJ3Sj0-1wVTyrk5Q86aUW4c5i-/s320/NAVEGACIONES.jpg" width="198" /></a></div>
<br />
<br />
<br />
Un reto no sería tal si no entrañara momentos de especial dificultad para quien lo afronta. Éste de los <a href="http://sonosrotos.blogspot.com.es/p/el-reto-de-los-treinta-libros.html" target="_blank">treinta libros</a> no es una excepción y se suma a los desafíos que uno mismo se impone al dar el paso de comprometerse con un blog de estas características, cuando uno decide afrontar cada coma explorando en la emoción, dejando que ésta contamine al máximo la memoria, usando al mínimo el tamiz de la razón. Por eso no vuelvo atrás en lo que aquí escribo y permito que los errores permanezcan inmutables, como testigos de cargo de este crimen de soberbia. Entonces surge la poesía. La <i>Diosa Blanca</i> que ilumina los sueños de los locos.<br />
<br />
La descarga emocional que nos proporciona un poema puede eclipsar la más cálida sensación que nos regala una novela, al igual que un orgasmo puede hacer palidecer en un momento toda una historia de amor, llevándonos a apuestas suicidas. ¿Cómo afrontar desde la emoción el cóctel de emociones que encierra un libro de poesía? Sólo haciendo trampas al solitario.<br />
<br />
Mi estantería se nutre de libros de poemas que construyeron mi sensibilidad y abordarlos emocionalmente sería arduo e injusto. <b>Neruda</b>, <b>Gil de Biedma</b>, <b>Bécquer</b>, <b>Rosalía de Castro</b>, <b>Cernuda</b>, los hermanos <b>Machado</b>, <b>Jorge Manrique</b>, <b>Miguel Hernández</b>... crearon un paisaje que mis palabras sólo podrían traicionar. Por eso, y por el placer que me ha proporcionado la lectura de sus poemas, me decido a hablar de <b>María Luisa Mora</b>, la última poeta que entró en mi vida, la emoción fresca de su lectura, aún sin contaminar en mi memoria. Leer su obra es reconciliarse con las raíces, reivindicar la fuerza que tantas veces parece disfrazarse de debilidad, honrar la lucha cotidiana frente a la desgracia, la fuerza del roble que resiste terremotos y temporales firmemente anclado en la tierra.<br />
<br />
Entre las páginas de <i>Navegaciones</i> leemos entre líneas la ausencia, el sacrificio, el paso implacable del tiempo, el desconsuelo, la muerte... Las rosas que se van deshojando de su vida. Sólo nos queda la Fe, la fuerza de la matriarca que guarda la casa y protege a la familia, cobijándose en la rutina del asedio de sus dudas, de su deseo, su amargura y sus vergüenzas, convirtiendo su debilidad en fortaleza gracias a la paradójica valentía de mostrarla al mundo.<br />
<br />
<b>María Luisa Mora</b> navega en un mar de surcos labrados por el tiempo y el infortunio en una tierra dura e ingrata, saboreando las treguas que las estaciones nos conceden.<br />
<br />
No encontrarán en su obra la frívola tragedia —ese absurdo privilegio de los poderosos frente a la desgracia, más vulgar— ni el lamento del señorito que deambula voluntariamente por los márgenes de la existencia, con cierta presunción por haber encontrado el dolor buscado, para luego intentar expiar de forma impostada la mala conciencia de clase, sabiendo que cuenta siempre con su red de seguridad de la que puede prescindir a su antojo. Por el contrario, podrán reconocer en este libro la sólida templanza, el erotismo cálido, el compromiso humano con valores a veces olvidados, la lucha por la dignidad inquebrantable entre aquellos a quienes la vida ha colocado a sus pies esa alfombra roja y mentirosa sobre la que caminan la vanidad efímera de quien pretende, en su temor, creerse eterno.<br />
<br />
<br />
<br />Gabrielhttp://www.blogger.com/profile/11284589711016331055noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-7923874605187901881.post-58576461709730764792012-04-07T16:43:00.000+02:002012-12-29T23:55:23.340+01:00#30libros. Uno de cuentos (no valen antologías): Las praderas del cielo - John Steinbeck<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEio7Okrj7QdmQbJpG06K2E3BzICsydxKp9LrqjYN0xWF2gOj3oVgaOQ4K1BJGjVwiHaeO8Q_DqeU6xW_QHc0dOs0QoVrq1HzcyydvyCIukB0JksyUFMnHvL_5lOejLyq37zRKhEIcg70_lB/s1600/Las-praderas-del-cielo.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEio7Okrj7QdmQbJpG06K2E3BzICsydxKp9LrqjYN0xWF2gOj3oVgaOQ4K1BJGjVwiHaeO8Q_DqeU6xW_QHc0dOs0QoVrq1HzcyydvyCIukB0JksyUFMnHvL_5lOejLyq37zRKhEIcg70_lB/s400/Las-praderas-del-cielo.jpg" width="280" /></a></div>
<br />
<br />
Me ha costado lo mío encontrar un libro de relatos que recomendar que no se trate de una antología pero supongo que de eso se trata el reto: de explorar en nuestra memoria, indagar, esforzarnos un poco y llevarnos más allá de lo evidente. No me entiendan mal, adoro los relatos, aunque reconozco que me cuesta leerlos, quizás porque soy un lector lento y éste es un género que, en mi opinión, exige una lectura rápida y atenta, requisitos que a mí me cuesta conciliar. Además, soy de esos lectores desordenados que saltan con frecuencia de un libro de cuentos a otro, dejándolos inconclusos, quedándome con visiones sesgadas en lugar de hacerme con la idea de conjunto que el autor trató de transmitir.<br />
<br />
Debo confesar, por otra parte, que si he elegido como recomendación de esta semana <i>Las praderas del cielo</i> no ha sido por sus méritos literarios, que en mi opinión también tiene, sino más bien por lo que puede representar en la obra de <b>Steinbeck</b>.<br />
<br />
A pesar de ser su segundo libro, muchas de las claves de toda su obra pueden encontrarse en él: su afinidad con los personajes populares, el contacto con la naturaleza, las pequeñas historias de la gente humilde, la lucha constante contra el destino o las bromas de unos dioses que se divierten con el infortunio humano, sin olvidar esos insignificantes e imprescindibles momentos de grandeza que tanto contenido simbólico encierran.<br />
<br />
Una de las razones por las que terminé este libro es por cómo está planteado: más que como una colección de relatos independientes, como una novela, en la que cada historia está sutilmente engarzada con las demás a través de personajes comunes o las situaciones que comparten los convecinos que habitan Las praderas del cielo.<br />
<br />
<b>Steinbeck</b> ama como nadie las historias diminutas escritas a lápiz en los márgenes de la historia, a esos hombres y mujeres infatigables que soportan con entereza y resignación cada embate de la vida, con la misma capacidad para gozar y sufrir, de dar sentido a sus actos, de alcanzar las más altas cotas de dignidad en medio de la pobreza, con frecuencia tantas veces confundida con la miseria. Una distinción que <b>Steinbeck</b> siempre ha parecido tener claro, a diferencia de muchos de sus compatriotas y, desde hace un tiempo, de buena parte de los ciudadanos europeos.<br />
<br />
Si siempre puede ser recomendable acercarse a <b>Steinbeck</b>, quienes no conozcan este libro disfrutarán de lo delicioso de esas minúsculas aventuras de los humildes, de la vida dura y sencilla de quienes conservan, por encima de cualquier posesión, la riqueza de su dignidad, la fuerza de su carácter y el tesón de su trabajo. Todo un homenaje a unos valores que con tanta frecuencia olvidamos y que no está demás reivindicar en estos tiempos y tenerlos muy presentes. Algo que sólo está al alcance de los clásicos.<br />
<br />
<br />Gabrielhttp://www.blogger.com/profile/11284589711016331055noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-7923874605187901881.post-3470187818592583632012-03-31T13:57:00.000+02:002012-12-29T23:55:23.322+01:00#30libros. Uno que lo haya sorprendido por malo. Océano mar - Alessandro Baricco<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj0Q63B_MDRL1BdyJwucTOqQxTtdI87FvLp7kiZylPLMYcAkEf0pqd6yEXvWyzHbmhKydALXtKhzWotnocPdGwOp3MoJ7YH5imR1TUswdLXEWz7Mh_gUf2AzyOiNXIbOXFSiesrr_HL1oEN/s1600/Oc%C3%A9ano+mar.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj0Q63B_MDRL1BdyJwucTOqQxTtdI87FvLp7kiZylPLMYcAkEf0pqd6yEXvWyzHbmhKydALXtKhzWotnocPdGwOp3MoJ7YH5imR1TUswdLXEWz7Mh_gUf2AzyOiNXIbOXFSiesrr_HL1oEN/s400/Oc%C3%A9ano+mar.jpg" width="265" /></a></div>
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<br />
Me cuesta condenar un libro. En toda mi vida sólo lo he hecho con uno, cuyo título y autor no diré, y que además de parecerme malo, me pareció perverso. Todos los demás libros que me he encontrado en mi vida han dejado algo en mí que me ha movido a la indulgencia. Sin embargo, un trato es un trato. Y <a href="http://sonosrotos.blogspot.com.es/2011/11/el-reto-de-los-treinta-libros.html" target="_blank">un reto de estas características</a> tiene sus peajes.<br />
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Para ser verdaderamente justos con este libro, tendría que decir que <i>Océano mar</i> no me gustó. Me pareció errático y desdibujado, inconexo, incluso poco trabajado. Un planteamiento arriesgado que, en mi opinión, hace naufragar la historia.<br />
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Decía antes que un trato es un trato. Y este reto es un trato conmigo mismo que no pienso traicionar: todos los libros que comento son recomendables y en mi opinión constituyen una excelente lista de lectura y éste no es una excepción. Creo que a pesar de sus defectos —de esas cosas que no me gustan— <i>Océano mar</i> tiene pasajes que hacen que su lectura valga la pena, como sucede con esa parte del relato de resonancias resonancias clásicas, en la que se nos sitúa en una situación extrema en alta mar y se nos remite a <b>Joseph Conrad</b> o, incluso, a los mejores pasajes marítimos de <i>Las aventuras de Arthur Gordon Pym</i> de <b>Poe</b>. Toda la profundidad psicológica de esos pasajes, la tensión que se palpa, la claustrofobia y el horror, la soledad del hombre y su brutalidad. Toda esa fuerza que adquiere la historia en esos momentos hace que valga la pena afrontar la lectura de este libro.<br />
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Soy un amante de la literatura marítima, como sabrán algunas de las personas que me leen, pero curiosamente en este <a href="http://sonosrotos.blogspot.com.es/p/el-reto-de-los-treinta-libros.html" target="_blank">reto de los treinta libros</a>, cada vez que he mencionado un libro de temática marinera aparentemente no han salido demasiado bien parados. Así ha sucedido con <a href="http://sonosrotos.blogspot.com.es/2011/11/30-libros-1uno-que-se-haya-demorado.html" target="_blank"><i>Moby Dick</i></a>, <a href="http://sonosrotos.blogspot.com.es/2012/02/30libros-uno-que-haya-amado-hace-anos-y.html" target="_blank"><i>Las aventuras de Arthur Gordon Pym</i></a>, <a href="http://sonosrotos.blogspot.com.es/2011/11/30libros-uno-que-le-gustara-todo-el.html" target="_blank"><i>El mar</i></a> y ahora <i>Océano mar</i>. El único libro de contenido marino que he salvado es el apasionante <a href="http://sonosrotos.blogspot.com.es/p/el-reto-de-los-treinta-libros.html" target="_blank">El crucero del Snark</a> de <b>Jack London</b>. No hagan mucho caso de esto. Esto es una consecuencia lógica de mi gusto por esta literatura. Además, tengan en cuenta que de cada libro podemos destacar aspectos que nos gustan más y otros que nos gustan menos, y este reto ha exigido que me esforzara en destacar exclusivamente los aspectos negativos de algunos libros. La casualidad ha hecho que se tratara de obras de esta temática.<br />
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No obstante, confieso que podría recomendar muchos libros antes que éste de <b>Baricco</b>, al que sólo salva, precisamente, mi pasión por las narraciones sucedidas en alta mar. Acérquense a él si éste es su caso, si son incondicionales del autor o si gustan de piruetas narrativas. De lo contrario, seguro que podrán encontrar en la lista de treinta libros, lecturas más atractivas.<br />
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No digan que no les he avisado.<br />
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<br />Gabrielhttp://www.blogger.com/profile/11284589711016331055noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-7923874605187901881.post-49139023550538417602012-03-26T12:41:00.000+02:002012-12-29T23:58:46.683+01:00Nostalgia del mar<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhQu2RJtwZUwMAEn-xxlJ-uNhrYfyFv3w8LA2Y0VFa0z8QGkUcvKUrHxmIT-qZ8deY2AN_axkhI9y6BZZX2kmDwJfPsazBSN3OWMBGdYpQT5lVtdUBTDt_N1_TQQ0VkToj5ENIiqZNtdgVJ/s1600/IMG_1563margenblog.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhQu2RJtwZUwMAEn-xxlJ-uNhrYfyFv3w8LA2Y0VFa0z8QGkUcvKUrHxmIT-qZ8deY2AN_axkhI9y6BZZX2kmDwJfPsazBSN3OWMBGdYpQT5lVtdUBTDt_N1_TQQ0VkToj5ENIiqZNtdgVJ/s640/IMG_1563margenblog.jpg" width="444" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Fotografía: <a href="http://www.flickr.com/photos/jorgemeis/" target="_blank"><b>Jorge Meis</b></a> </td></tr>
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Caminaba cada día buscando el mar. Tres cuartos de hora largos por caminos sinuosos, llenos de subidas y bajadas, hasta encontrar mi secreto remanso de paz en el mundo. Una pequeña cala de aguas quietas y frías, mi trinchera frente al asedio de la muerte. Desde que el cielo gris se abría para mostrar el azul que ocultaba, huía del asfalto buscando aquel refugio de espuma, arena, árboles, gritos de gaviotas y besos. Escapaba de la ciudad buscando el mar, anhelando la piel tibia y tostada de aquella muchacha que me aguardaba sentada en el pantalán, mojando sus pies desnudos en el agua helada. <br />
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Eran días largos y cálidos en los que las horas se nos escapaban entre los dedos mientras nosotros, despreocupados, nos creíamos inmortales, como si el mundo nos debiera la alegría, el sol, el olor a sal y un cuerpo amante: la tregua soñada, eterna e imposible, ante el desencanto y la zozobra.<br />
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Pensábamos —queríamos pensar— que nada cambiaría nunca: ni nuestro goce, ni nuestro mar, ni nuestros anhelos. Soñábamos con que nuestra juventud traicionada se salvaría del olvido, redimida por el deseo. Pero todo cambia y los años nos fueron robando las esperanzas, los caminos, la costa que nos abrigaba, los besos interminables y la mirada limpia. O tal vez simplemente olvidamos esas cosas en algún momento impreciso de nuestras vidas para que otros, más jóvenes, más hambrientos, más desesperados, las recogieran tras nosotros y las gozaran en uno de esos momentos mágicos en que la vida todavía parece detenerse, permitiéndonos disfrutar de sus favores como niños que un buen día se negaron a seguir creciendo.<br />
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<br />Gabrielhttp://www.blogger.com/profile/11284589711016331055noreply@blogger.com8tag:blogger.com,1999:blog-7923874605187901881.post-13951519574002614932012-03-24T12:22:00.001+01:002012-12-29T23:58:46.646+01:00#30libros. Uno que lo haya sorprendido por bueno: Fabulosas narraciones por historias - Antonio Orejudo<br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgdUzSRQ4t6ZmswZGWyEH6rw2R4hxwvtlDWT0IcDCW-O6Bowd8ZXfqxEfkuYMm5_1rI2Pm9cUMXYxoeBOZ4yzEmZUMgobNfTiaMaIZVveD9k6TmeB9kkT4pTk1b1IcmvwwJHuEcr7nafvF1/s1600/fabulosas-narraciones-por-historias.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgdUzSRQ4t6ZmswZGWyEH6rw2R4hxwvtlDWT0IcDCW-O6Bowd8ZXfqxEfkuYMm5_1rI2Pm9cUMXYxoeBOZ4yzEmZUMgobNfTiaMaIZVveD9k6TmeB9kkT4pTk1b1IcmvwwJHuEcr7nafvF1/s1600/fabulosas-narraciones-por-historias.jpg" /></a></div>
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No suelo arriesgar en mis lecturas; me declaro conservador en ese sentido. No leo autores noveles y me resisto con uñas y dientes ante los astros fulgurantes del marketing editorial. Reconozco todos mis prejuicios ante lo novedoso en el campo de las letras y tiendo a pensar que en general tenemos demasiada facilidad para deslumbrarnos ante fórmulas muy antiguas empaquetadas en nuevos envoltorios. Cada vez que alguien me habla de excelentes escritores desconocidos que han publicado una obra maestra, todo mi escepticismo sale a la luz con un rechinar de dientes heredero de demasiadas noches perdidas en una barra escuchando a grandes artistas que invertían más tiempo en hablar de su próxima obra maestra que en trabajar en ella. Es por eso por lo que me mantengo alejado de los mentideros, de las novedades, de la pomada en la que se prepara el cóctel de las vanidades y los negocios.<br />
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Mis prescriptores son pocos y muy seleccionados: huyo de la crítica mediática y tiendo más a fiarme del bagaje común de las admiraciones compartidas con otros lectores. Por eso cuando <a href="http://nuevabarataria.blogspot.com.es/" target="_blank">Conchi Sarmiento</a> me habló hace ya seis años de Fabulosas narraciones por historias, con esa admiración sincera que no escatima la crítica de los aspectos que menos le gustaron de la novela, pensé en que quizás no fuera mala idea prestarle algo de atención a ese <b>Antonio Orejudo</b>, para mí desconocido. Si esa admiración además viene secundada por <a href="http://sugieropalabras.blogspot.com.es/" target="_blank">Julia Duce</a> y la lleva a regalarme el libro, emplazándome sin urgencia a su lectura, no me quedaba más remedio que dejar de lado todo prejuicio, y juro que no me arrepentí ni un segundo de hacerles caso.<br />
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<i>Fabulosas narraciones por historias</i> se convirtió en uno de los libros que con más cariño guardo en mi biblioteca. Entre sus páginas encontré diversión, erudición, sentido del humor, crudeza sin concesiones, una prosa cuidada llena de homenajes y ajustes de cuentas, de nihilismo y amor a la cultura, personajes llenos de vida, alocados y sensatos, una desmitificación irreverente de la tan ensalzada Generación del 27, la historia de una España que apostaba su futuro contra la muerte, jugándoselo a cara o cruz con la bola negra del billar.<br />
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No sé si <i>Fabulosas narraciones por historias</i> es una buena novela, ni sé si <b>Antonio Orejudo</b> es un buen escritor, pero tengo muy claro que disfruté con su propuesta sin sentir que estaba siendo estafado. Por eso, independientemente de los prejuicios de cada uno, recomiendo esta novela sin dudarlo, a pesar de ese macabro final, gore y escatológico, que en mi opinión enturbia un fantástico conjunto, pero que agradezco como un intento de retratar simbólicamente aquellos años de sangre y miedo que marcaron con una oscura cicatriz las entrañas de un pueblo traicionado.<br />
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<br />Gabrielhttp://www.blogger.com/profile/11284589711016331055noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-7923874605187901881.post-57107769490590757452012-03-17T13:31:00.000+01:002012-12-29T23:58:46.702+01:00#30libros. El que más veces ha leído. El Quijote - Miguel de Cervantes<br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgHuZV0UDWgv9OFsacxa57O8bX-X9y1X4bQFJxu2kdb6iRSey5moTp1RwvmW3gZiP4hK8WwRUU7DUBRc1cOIAUmH_L1Oz3je6cRhGBWqJgDHEyB6ZJLlFzzAa8-iVMK1ZmXmWeCZTcDIIzt/s1600/Don+Quijote.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgHuZV0UDWgv9OFsacxa57O8bX-X9y1X4bQFJxu2kdb6iRSey5moTp1RwvmW3gZiP4hK8WwRUU7DUBRc1cOIAUmH_L1Oz3je6cRhGBWqJgDHEyB6ZJLlFzzAa8-iVMK1ZmXmWeCZTcDIIzt/s320/Don+Quijote.jpg" width="200" /></a></div>
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Creo sinceramente que <i>El Quijote</i> es el libro que más veces he leído en mi vida. Y digo creo porque he tenido serias dudas. No recuerdo exactamente si lo he leído cuatro o cinco veces, aunque me decanto por cuatro: tres por obligación y una por placer, aunque puede que fueran dos. Lo que sí recuerdo es que la última lectura fue hace siete años y fue sumamente satisfactoria, como si cada lectura, cada año transcurrido, me permitieran apreciar aspectos ocultos de un libro poliédrico.<br />
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Hablar de <i>El Quijote</i> es una osadía cuando hay tanto escrito, pero tal vez hablar de esta obra desde un punto de vista personal, nada académico, tenga un punto de rebeldía, reivindicativo, de ir contra corriente.<br />
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Por más que se empeñen muchos, la lectura de <i>El Quijote</i> no resulta sencilla para un joven, ni siquiera apelando a esos pasajes de humor grueso y escatológico con que a veces se busca, de forma efectista, captar lectores.<br />
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En mi opinión no es una novela humorística, por más que esté constantemente salpicada por el sentido del humor y la parodia más ácida. Es mucho más que eso: representa el drama de atreverse a vivir contracorriente, la lucidez de reivindicar los sueños y la libertad del camino, la rebeldía de un hombre contra una sociedad que le obliga a vivir de acuerdo a unos cánones a veces tan absurdos como los los delirios de un loco.<br />
<br />Que no dude en acercarse a este libro aquel que sienta el deseo de vivir a su manera, huyendo del loco sentido común de una sociedad condenada eternamente al suicidio colectivo, quien desee saborear en su paladar el polvo de la carretera, intentar asir un destello de vida entre los dedos, amar una quimera como a nada en el mundo, compartir la amistad más firme y odiar el mal y la injusticia con todas sus fuerzas, hacerse pasar por loco para justificar la más sensata de las corduras, haciendo real lo que otros ni siquiera se atrevieron a soñar. Lean <i>El Quijote</i> por todo esto. Y porque sólo así descubrirán cómo a veces un hombre puede recuperar su dignidad, despojándose totalmente de su cordura. Denunciando al mundo desde la aparente demencia de sus sueños rotos.<br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhpeVrK-I3f5kp6MfE4wYXEZ7EC7MUzJNG9G27m3ZIhF2ZVawRAQIbV7NPxxdHYj7hqWoJI8JCqwxAc3plzga_ODW3Y4wYH_rQr5KYmurX4CfaHyh2-S8zfI3_C_fiTO6_s957vFVu1ggfS/s1600/postal5_quijote.jpeg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhpeVrK-I3f5kp6MfE4wYXEZ7EC7MUzJNG9G27m3ZIhF2ZVawRAQIbV7NPxxdHYj7hqWoJI8JCqwxAc3plzga_ODW3Y4wYH_rQr5KYmurX4CfaHyh2-S8zfI3_C_fiTO6_s957vFVu1ggfS/s320/postal5_quijote.jpeg" width="320" /></a></div>
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<br />Gabrielhttp://www.blogger.com/profile/11284589711016331055noreply@blogger.com6